Los expertos en orgasmos y otras suelas y cuestiones de desmaquillar, nos revelan que cuando una mujer sufre/padece un orgasmo se le acelera el corazón, sube la tensión arterial, se dilatan las pupilas y todo el cuerpo se pone a trabajar. Quiere decirse que antes de echar un polvo convendría hacerle un chequeo médico por si acaso se nos va en el tejemaneje. O hacerle un horario semanal, una especie de tabla de cuando hay que follar para mantenerse en forma.
Lo que es también obvio es que los orgasmos son muy recomendables para hacer ejercicio. Y si se utiliza el látigo mejor aún porque se robustecen los brazos y ya no queda flácida la carne, que queda muy feo. Y además se evita tener que ponerse el chándal: lo pueden hacer en pelotas, incluso. Más beneficios es imposible.
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