29 de noviembre de 2016

10 mentiras que todas decimos...

Este comentario tiene  gracia y en cierto modo refleja una parte del teatrillo de las citas y demás circunstancias y ornamentos del "quedar". Así que reproduzco completo el artículo publicado por Carmen Raya en la revista GRACIA porque resumirlo dejaría fuera ciertos matices que son imprescindibles para comprender este cómico acercamiento al mundo de las citas. Y además hay que currar. Así que corto  y pego. De nada.

Sabemos que no lo haces aposta, pero siempre (SIEMPRE) 'adornas' la realidad. He aquí el decálogo de las mentiras más comunes en el mundo de las 'first dates'. “Hola, me llamo María del Carmen”, será la única verdad que saldrá de mi boca en mi primera cita con un hombre. Y tal vez mi edad. Y sí, juzgadme si queréis, pero sabéis que llevo razón y que ninguna pasaría su primer encuentro con un posible futuro algo enganchada a un polígrafo.¿Pasaría algo parecido a esto?

Causar buena impresión y encajar en el rol que se presupone que busca la otra persona nos  suelen llevar a soltar una ristra de mentirijillas (piadosas, siempre piadosas). A nosotras y a ellos, ojo, que tampoco se quedan cortos. Pero ese melón lo abriremos otro día, hoy vamos a repasar el pack de mentiras estándar con el que cualquier buena soltera está más que familiarizada. Una serie de verdades a medias o adornadas, que luego nos encargamos de ir matizando en una segunda cita.

Así pues, pequeñas saltamontes, aquí os dejo las 10 mentiras más utilizadas por una mujer en la


primera cita, luego me contáis si os suenan…Ooops…


1. “Me he puesto lo primero que he pillado”

Ya… Lo primero que has pillado después de haberte probado tu armario, el de tu hermana, el de tu vecina y el de tu mejor amiga. Que sí, querida. Que no queremos que el posible futuro padre de tus hijos piense que le estás dando más importancia de la que tiene a esta cita. Pero lo haces. Lo bueno de los hombres es que no suelen entender mucho de moda. Lo cual te viene de perlas porque así no sabrá que te ha costado tres horas y media encontrar unos zapatos monos pero cómodos que combinaran a su vez con tu bolso de mano. Todo esto habiendo mirado 531 veces la aplicación del tiempo para saber si llevar rebeca, chaqueta, chaquetón o abrigo. Pero sí, un buen resumen sería el de que te has puesto lo primero que has pillado.Tu busqueda del santo modelito empezó con otra mentira: “No tengo nada que ponerme”.

2. “No tengo muchas citas”

Según la Real Academia de la Lengua, ‘mucho’ es un adjetivo indefinido que quiere decir “abundante, numeroso o intenso”. ¡Sorpresa! Así que lo de que no tienes muchas citas es como decir que no tienes muchos zapatos…Si hasta tu perro tiene los suyos…

Además, que el camarero te salude por tu nombre y te guiñe un ojo no ayuda como tampoco lo hace que te diga por lo bajo “a ver si hay suerte esta vez”. Así que, o cambias de restaurante o le das una propina al camarero para que te guarde el secreto y sea un poco más discreto.Así también te aseguras tener tu copa llena en todo momento. De nada.


3. “No bebo mucho”

Si te refieres a que no bebes mucho en plan de que no te hidratas lo suficiente, podríamos llegar a aceptar pulpo como animal de compañía. Sin embargo, todos sabemos que no estás haciendo referencia al maravilloso y refrescante líquido llamado agua. Vale que no tienes un problema con el alcohol, pero levanta la mano si en el último mes no te has pasado con las copas la típica noche en la que saliste a dar solo una vuelta. Vaya, no veo ninguna mano levantada. ¡Qué casualidad!Y sí, la culpa es de los fabricantes de copas que las hacen muy grandes…

Aunque para vueltas las que daba tu habitación cuando volviste, ¿eh?No lo hacemos.



4. “Como de todo”

“Excepto por mi pánico a todo lo que es verde, a las coles de bruselas, al zumo de piña, a la carne cruda, a los macarrones con tomate aunque me gusta si es el que hace mi madre casero, a los boquerones en vinagre, a todo lo que venga en conserva, a los frutos secos más que nada porque soy alérgica y puedo inflarme cual globo aerostático, al helado de fresa, a la lechuga envasada, al queso Cheddar, al pulpo, a los perritos calientes si no llevan cebolla caramelizada…”. Vamos, que sí, que comes prácticamente de todo… lo que te gusta. 
5. “Sé cocinar”

Seguramente esto sea herencia de ese dicho con el que te martilleaba tu tía-abuela María Luisa: “Al hombre se le conquista por el buche, hija”. Pero a ti eso no te caló (ni falta que hacía) y el caso es que para hacer un huevo frito te pones guantes hasta el codo, gafas de sol, un impermeable y te alejas unos 5 metros de la sartén, pero sí, sabes cocinar. Ajá. Una afirmación que sería verdad si descongelar tuppers de tu madre y tener en el móvil la aplicación de Just Eat fuese considerado cocina creativa. Pero no. Asúmelo, haber estado a punto de comprar la Thermomix y ver MasterChef no te convierte en una cocinillas.Si se te queman incluso los cereales…

6. “Tranquilo, que no se lo voy a contar a mis amigas”

En ese mismo momento quieres decir, ¿no? Aunque como tu cita se levante para ir al baño, te va a faltar tiempo para mandarles un Whatsapp de grupo. Lo sentimos, pero la búsqueda constante de datos sobre los que poder intercambiar información con nuestras best friends o lo que muchos llaman injustamente cotillear forma parte de las cosas que nos encantan hacer.Amén, Nicki.

7. “Me encanta hacer deporte”

En el colegio te elegían la última hasta para jugar al balón prisionero y consideras que subir escaleras es el mayor esfuerzo físico al que puedes enfrentarte a tu edad. El potro fue tu peor pesadilla durante el instituto y pasaste mucho tiempo pensando que ‘running’ era un nuevo garito de moda. Si no quieres mentir, cambia la frase por: “Me encanta el deporte”. Si te das cuenta, ahí ya no estás diciendo que tú entres en contacto con él, sino que te gusta como concepto. Lo que él interprete no será culpa tuya. Lo será del lenguaje. De nada.Que fueras fan de Mel C, la Spice Girl deportista, tampoco vale.

8. “No soporto perder el tiempo durmiendo”

Si pudieses pedir un deseo sería el de poder hibernar como los osos y como los ordenadores.Y no es porque no tengas un montón de planes. Es simplemente porque tu cama y tú habéis entablado una bonita relación en la que ella te da cariño, afecto y comodidad. Y ácaros, también es cierto. Sin olvidarnos de tus siestas de cinco horas en el sofá junto a esa manta que ya no abriga, pero que se amolda perfectamente a tus brazos. Pero que sí. Que en el fondo te molesta muchísimo dormir tanto…¿Has llegado a preguntarlo tras uno de tus festivales somníferos?


9. “No voy mucho de compras”

Esta es una mentira que analizada sintácticamente podría ser una verdad. Como en el caso del deporte, la cuestión es que no has especificado a qué tipo de compras te refieres. Lo que tu interlocutor no sabe es que tú quieres decir que no vas de compras al supermercado, ni a la charcutería, ni a la panadería, ferretería, frutería… y todo lo que acabe en ía. Pero sí que vas todos los días a Zara a ver qué hay de nuevo viejo en sus preciosas estanterías llenas de ropa que adoptarías para llevar hasta tu armario y que cada mañana haces repaso por las novedades en Asos.Te entendemos.

10. “Soy amiga de mis ex”

Los bloqueaste de Facebook, Instagram, Twitter, Linkedin, Whatsapp… y pediste a Google Maps que eliminaran sus calles de su aplicación. Te cambias de acera cuando los ves y cada Navidad deseas que sus actuales novias los dejen delante de sus familias antes de dar las uvas. Puede que en algún lejano planeta o en la mente de Sheldon Cooper eso sea amistad, pero en mi pueblo y en el tuyo no.Y si te ves obligada a saludarlos, esto es lo más bonito que les dices…


Y como, en los buenos álbumes de música, el bonus track. La mentira más antigua de todas. La mítica…

”No estoy buscando nada serio”

27 de noviembre de 2016

Bienvenidos al futuro: Muere Fidel y llega Trump


"La historia se repite primero como tragedia y después, como comedia" , según dicen que dijo Carlos Marx. Ha muerto el dictador Fidel Castro y llega el presunto matasietes señor Trump,  cuyo único mérito conocido es permitir que su señora vaya siempre en tanga por casa.

Mientras tanto a uno se le muere la gente pues he perdido mi cuaderno-agenda (o me la han birlado) y me he quedado a oscuras. Vuelta a empezar. Borrón y cuenta nueva. No tengo a nadie en agenda porque mi cabeza no admite más que dos números y los dos son mios.  Quiere esto decir que si el siglo XX queda definitivamente atrás, tal y como afirma El País, yo comienzo el siglo a pelo, desnudo y sin nadie en la mochila.

Menos mal que mi colección de fotos fetish las tengo a buen recaudo en la nube por lo que estoy salvado. Todo lo demás es efímero. El que quiera saber de mi que escriba. No le cobro.

22 de noviembre de 2016

Entre cascaruja de difuntos


Deambulo entre cascaruja de difuntos y tontuelos con sombrilla de daiquiri. O peor. Nuria Spert se preguntaba en plan retorico: ¿Enamorarme?...Cómo voy a meter a un señor en mi cama y a compartir baño con él.  Inteligente si   es la señora, desde luego, pero una cuestión es ser inteligente y otra ser un listillo como la carmenada de Podemos que ha aprobado la reducción de jornada de los funcionarios a 35 horas para volver a lo de siempre.   En la Andalucía socialista también, que conste.


No está mal, verdad usted: mientras el país se desangra en una colosal crisis lo primordial para ciertos pares es acomodar a la clase funcionarial que ya goza de trabajo fijo, vacaciones pagadas, cafelitos y Marca tipo Rajoy y un  trabajo más abrigadito aún que el resto de la clase obrera que puede llegar a las 40. La fea burguesía espinosiana ataca de nuevo.. Falta lo de la negra con el abanico, pero todo se rondará. morena. En Spain ni jugamos todos ni se rompe la baraja.

Buenas noches y buena suerte.

16 de noviembre de 2016

Dos grandes misterios de la humanidad

Ya nos advertía Eistein sobre que existen dos cosas infinitas:

El Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro.

Para mi hay dos grandes misterios: La LOGSE y que a unos curanderos sacamuelas de auto ayuda les den el titulo de Psicología.  Son conocidos los frutos de esa ciencia de la superchería, de autoyuda. que comilita junto a la LOGSE puesto que la LOGSE creo el problema y buscó la solución en LOGSE. De ahí nos vino el paradigma para que existieran los sacamuelas psicólogos tragaldabas.

Se traba de que todo el mundo aprobara y si no lo hacía ahí estaban los psicólogos para solucionar el desbarajuste.  Hemos de entender que ambas se necesitan porque la una (La LOGSE) necesita a los supercheros-psicologos para sobrevevir, TUYA/MIA. Que conste que un psicólogo ha ganado el premio Nobel de Economía que es como si un ferrallista gana el de estructuras arquitectónicas. No existe en Premio Nobel de Psicología porque los curanderos de auto ayuda, con piedra-terapia, reikis, y demás potingues,  puede ser un un buen negocio para los tontos, pero no cuela en el medios científico.

La solución es sencilla: reciclar los  curanderos-psicólogos en para-farmacias, Siendo muy generosos que conste, Y ejádoles que caliente la piedra terapia. 

14 de noviembre de 2016

¿No queríais populismo?...pues enhorabuena

Qué bonito era /y es  el populismo que los americanos tienen por fin el privilegio  de disfrutar. A saber:  los perros se atan  con longaniza y  los duros valen  cuatro pesetas.   Los   inmigrantes fuera.  América para los americanos, y los servicios públicos apara el que pueda pagarlos.

Yo me ve vacuné contra  populismo allá por años mozos cuando vi un anuncio en la que una chica se postulaba como "ninfómana, insaciable", etc,  Y era cierto. No engañaba.

La llamé, pero me pidió una foto y una cuenta en Suiza  y ahí se acabaron los malentendidos. Pregunte el precio por una noche y se enrabietó por mi oferta. Puta, pero muy digna.