30 de noviembre de 2014

Inteligentes

Es nuestro cerebro quien escoge la pareja adecuada, según el catedrático de la Universidad de Ámsterdam Dick Swaab. «Es muy importante escoger una pareja inteligente ya que el 88% del intelecto es genético», es decir, que se hereda de padres y madres. Y tiene razón. Yo siempre me he fijado en mujeres muy inteligentes, mucho, y quizás por eso me han rechazado. Son muy listas

No son tontas, aunque cobren menos. Una injusticia como ha denunciado UGT pues una mujer debe trabajar 84 días más al año para ganar lo mismo que un hombre y pierde además en la cuantía de su pensión (un 38% menos). Una infamia, sí, pero vivimos en una dictadura de los mercados a la que la gente se mata literalmente por llegar pues miles de personas han muerto este año al cruzar el mediterráneo para llegar a la ‘tierra prometida, !yalaaaa!’, según ha publicado El País.


Bienvenidos pues a la dictadura de los mercados, a la tierra prometida del paro donde un 38% de los que consiguen trabajar gana menos de 645 euros mientras un tercio de los niños vive bajo el umbral de la pobreza (Unicef), y más de la mitad de los jóvenes españoles planean emigrar. Bienvenidos a una dictadura más relajada que la China comunista que también se ha acaramelado con el capitalismo porque después de todo hasta san Pedro tenía suegra. Aunque no se sabe si era un santo porque tenía suegra o fue la suegra la que lo hizo un santo.

Será porque no vivimos en el mejor de los mundos posibles, mi querido Cándido Leibniz, sino en la mejor de las dictaduras posibles. Tendremos pues que cultivar el jardín de la resignación laica volteriana. Y quizás por eso algunos se matan por huir de la pobreza y llegar al capitalismo explotador; al paro, la corrupción, los bajos salarios y la dictadura económica que no es justa porque permite que un modesto Amancio Ortega, el de Zara, empezara su negocio vendiendo camisas en una vespa por las aldeas de Galicia. La ‘dictadura’ lo favorece porque nos deja en desigualdad a los que no tenemos Vespa.

Cosas del capitalismo que corrige sus propios errores, días y ollas, porque necesita mano de obra convenientemente renumerada para que gaste, consuma y les compre sus maravillosos ‘smartphone’ pues se han vendido en España 27 millones de aparatos que son usados en ‘guatasapear’. O sopear, no sé, que ando muy perdido porque los marqueses ya no son Leguineches berlangalianos, sino exfutbolistas como Del Bosque que no gozan de un abuelo que ha ganado una batalla (León Felipe). Tampoco tienen lustrosa parentela los miles de inmigrantes multimillonarios de la casta del extinto comunismo soviético o de los chinos comunistas que han conseguido residencia oficial en España, al comprar nuestras empresas, edificios y deudas.

Es posible que hasta venga el creador de ‘guatsap’ que vivia de la beneficencia antes de crear la aplicación que lo ha hecho multimillonario. Todo cambia, Lampedusa, pero la locura es tener que explicar una y otra vez lo obvio. Y en esas estamos porque nuestro cerebro no escoge a los más inteligentes, sino a los que tienen Vespa.

Columna publicada en el periódico El Mirador de Cieza. 

23 de noviembre de 2014

Fanta-sías

Un estudio de la universidad de Londres revela que escuchar música cuando se mantiene una relación sexual provoca unos efectos parecidos al de algunas drogas. Pues vaya... Lo que ocurre es que si ella te pone El Fary, …. pues que te vienes abajo, oye, seamos sinceros y no queramos quedar tan estupendos como los que recurren a esa frase tan en boga: "Yo no soy de Podemos pero hay cosas que dicen que me gustan".

A mi no me gustan los círculos, los corros los corillos ni las corralas. Ni jugar al 'corro de la patata'. Y los sueños me los compro yo mismo sin necesidad de que Pablito Podemos me los facilite con su orgía jauja-justiciera de Pepsi con patatas fritas, para votar con las vísceras en vez de con la razón. Y el sueño de la razón produce monstruos (Goya). Todos soñamos con salvar el mundo, incluidas las mises, pero tras la juerga, al día siguiente, viene la resaca. Está muy bien soñar pero en las fantasías los azotes en el culito no duelen. En la realidad sí. Ya nos decía Oscar Wilde que cuando los dioses quieren castigarnos, atienden nuestras plegarias.


Podríamos darnos el gustazo de sustituir los partidos tradicionales por el del recién elegido líder de Podemos entronizado a la búlgara, como el Supremo. Se lo merecen. Y no pasa nada. Ya ha ocurrido en Grecia, Italia, Chequia, Holanda o Eslovaquia. Y además estos salvapatrias poligoneros de Alcampo, con matrículas Logse, son muy inofensivos. Esto no es Venezuela, Ecuador o Bolivia y por Europa no se le puede dar a la máquina de imprimir billetes para atar perros con longaniza y contentar a todo el mundo.

Pablito Podemos tiene mucho mérito porque ha conseguido en un plis plas lo que no consiguió el dictador Franco en 40 años: cargarse al Partido Comunista. Como en Italia. Se va Alfonso Guerra y viene Pablito Bananas. Qué nivelazo. Qué pedazo de renovación.

En España hay corrupción y va desde abajo, ¿con IVA o sin IVA? (y 800.000 empleos sumergidos), hasta Messi, la Pantoja, los sindicalistas, los políticos e incluso la infanta real, pero no se puede generalizar a todos los políticos porque yo conozco en Cieza a unos cuantos que son muy honrados. La mayoría. Nos escandalizamos por tanto corrupto, con razón, pero es la democracia, el sistema, el que los está pillando y encarcelando, poco a poco. En las repúblicas bananeras no se pilla a nadie.

Pablito Podemos le ha confesado a Ana Pastor que no deben existir medios privados de comunicación porque ataca la libertad de expresión, ergo, yo no podría escribir en este periódico. Lo siento, nene, pero mi libertad de expresión no me la toca un talcualillo bananero. En la dictadura ya padecimos la Prensa del Movimiento. Y nunca más. Jamás. Voy a por ti. Por mi libertad y la de los demás.

A mi edad tendré que volver a luchar por lo obvio, por la libertad, pero antes deberíamos averiguar los gustos musicales de ella y comprobar si va en serio y ha bordado el ajuar a mano. O lo del Fary. O si grita cuando se corre. Y ver qué coño tiene para ofrecerte.

Columna publicada en el periódico El Mirador de Cieza. 

16 de noviembre de 2014

Renovar

El 'cuerpo perfecto' de Victoria's Secret (la marca de lencería) ha regurgitado las iras de las redes sociales y con razón, porque nos presentan a unas chicas tan delgaduchas que dan ganas de darles una hucha del Domund y ponerlas a pedir. O que hagan de azafatas de Artur Mas y sus elecciones de cartón independiente Cecil B. DeMille.

A la mayoría de los tíos nos gustan rellenitas, jamonas, jaquetonas y con curvas. Da igual que sean altas o bajas. Todo lo contrario del estereotipo que nos presenta esta panda de delincuentes lenceros. Para que nos entendamos; donde esté la Sofía Loren de su época o la pornostar Alison Tyler que se quiten las tísicas. A mí me repelía el porno pero huyendo de la famélica legión me di con esta chica y aunque sigue sin gustarme el porno, no entiendo su complicada trama argumental, no me pierdo ripio de ella en su blog de Internet y en su cuenta de Twitter.

Perversiones inocentes que no perjudican a los demás como las del Abundio presidente canario que se niega a que Repsol extraiga petróleo a kilómetros de las islas (por el posible impacto medioambiental), pero calla cuando los marroquíes lo van a extraer mediante una empresa americana, a unos pocos metros más allá, en sus aguas y con el mismo impacto medioambiental.

Esto es como el listo que no quiere que saquen petróleo de su campo para no contaminar, mientras el vecino lo saca junto a su linde. Aquí lo de Abundio se queda corto. Por cierto. Aviso. Si yo tuviera o tuviese campo y encuentro petróleo, espero con una escopeta de caza a que un alguien venga a hacerme una visita con sus pancartas y sus cosas. No creo que haya cataplines para impedirme a mí ser millonario. Quiero ser millonario para olvidarme de los amigos (Ilegales). Mayormente.

El fenómeno populista nos ha traído lo que parecía imprescindible en estos momentos: la renovación. Lo constata hasta Luis María Ansón que nos revela que se ha ido el rey, el líder del PSOE, el Papa e Incluso la vieja IU, y nos ha venido la renovación con nuevos líderes. La acusación de Ansón va contra Rajoy, que no se va, pero se obvia él mismo (con 79 años) porque en la Academia de la Lengua donde él se aposenta, abundan abundios dinosaurios como él o como Javier Marías, Cabrían, Pérez Reverte, etc., que no se renuevan ni con agua caliente.

Otro que se va es el director Quentin Tarantino porque no quiere que la gente se canse de él. Pues muy mal. Si perdemos a Quentín Tarantino, seguimos con Ansón y nos viene la neocasta bananera, pues que mejor no menearlo. Los chochos jubiletas nos quieren dar lecciones de cambio de ciclo histórico.

Y no hay renovación, como en la lencería, donde siguen exhibiendo a las esqueléticas sin chicha, limoná y sin coleta, cuando las chicas quedarían muy sexys con una camiseta de tirantes y los brazos subidos sujetándosela con una goma para que admiremos sus ojos, digo, sus tetas, digo, sus axilas. Fetichista que es uno. Y a Victoria’s Secret tararí que te vi.

Columna publicada en el periódico El Mirador de Cieza. 

9 de noviembre de 2014

Modales

Josephine Wai Lin y Dalal Khajah han montado una empresa que sirve a las chicas hombres educados que las tratan como reinas, les abren la puerta, les preparan el desayuno y se comportan como auténticos caballeros. Estas chicas emprendedoras montaron este servicio cuando advirtieron que a sus amigas no les gustaban los hombres cachas tipo despedida de soltera.

Así que su empresa les ofrece chicos que las adulan, las cuidan y les dan compañía. La empresa se llama «Manservant.co» y ha tenido un gran éxito pese a que la tarifa del ‘hombre perfecto’ es de unos 125 dólares la hora. Lo mejor es que está prohibido el sexo, por lo que no tienes ni que trabajar. Un curro muy cómodo.

Aunque ahora que recapacito advierto que lo que ellos hacen es lo que he estado haciendo yo hasta ahora, pero sin cobrar ni un duro, es decir, como un perfecto gilipollas. Y encima sin comerme una panocha ni un ferrete, pámpano, cernacho o cicamocho. A partir de ahora cambio de estrategia, y de modales, y me voy al Decathlon a comprarme una fusta por si es de su gusto y quieren darse un capricho a lo «50 sombras». Aunque uno prefiera la guitarra flamenca del ciezano Pascual Villa o la exquisitez del Lounge Café de Carmen.

Pero no mentemos el sexo que aluego, aluego, se me chuscarran y es mejor hablar de sexo/político porque los escoceses dijeron no a la independencia, pegaron el gatillazo, pero en Cataluña los ‘pericos’ independentistas siguen dándole al torno con su ‘proceso participativo’. Uno también ha ‘participado’ en procesos participativos, pero siempre lo he llamado ‘echar un polvo’. Es que me falta ‘seny’.

Pero ellos siguen contumaces su ‘proceso’ porque es su modus vivendi, su peluca y su bastón; la ortopedia ideológica que mantiene en pie su campanario. Aunque cuando llega el momento preciso de dar el salto les entre el miedo al abismo de su propia mediocridad, porque si algún día fueran independientes perderían su razón de ser, fin del orgasmo, ‘la petite mort’ y les vendría la melancolía porque lo que ellos necesitan es la rabieta permanente, llamar la atención como los críos maleducados y consentidos que cuando consiguen un juguete se cansan y quieren otro. Anexionar más Sudetes.

Es probable que haya una mayoría de Españoles que votaría a favor de mandar a los independentistas a tomar por sus independencias y demás chipirrinchis, es decir, a tomar por ahí mismo. Aunque hay otros ‘chamberlanes’ que apoyan su pataleo porque pretenden que ellos se sientan cómodos en España, a pesar de las concesiones, sinfín, cuando donde ellos se sienten cómodos es en los bancos de Andorra. E incluso aceptarían que jueguen la liga de futbol española porque como el marido que se independiza y se divorcia, puede volver a casa a follar en la liga, digo, en la cama de su ex-esposa.

Son unos crápulas perversos que les pone ese rollo sin el sentido del ridículo que a mí me suele venir al día siguiente de autos, cuando la resaca. Así que no sé si pedirle trabajo a las americanas o acercarme al Decathlon para pertrecharme.

Columna publicada en el periódico El Mirador de Cieza.

2 de noviembre de 2014

Condenas

Las parejas de 65 años que se divorcian se han duplicado en los últimos años. Una mala noticia porque como no me dé prisa en casarme no me va a dar tiempo a divorciarme. Me lo pierdo. Siempre ando despistado y llego tarde a todos los convites y saraos. No tengo remedio.

Tampoco lo tienen los políticos que se niegan a firmar un Pacto Anticorrupción que acelere las investigaciones judiciales y obligue a devolver lo robado. Que haga justicia con celeridad y evite que los salvapatrias se empeñen en salvarnos de nosotros mismos. Por nuestro bien. En España hay mucho paro pero todavía hay más gente ocupada en salvarte.

A mi unos católicos de esos que toman el nombre de los pobres, en vano, me han condenado al infierno. Ellos solos y sin ayuda de nadie. Y sin consultar con Dios porque se supone que ellos son los chivatos que le indican quién ha sido un niño malo para que lo castigue. Ellos te condenan y basta. A Dios y su misericordia que le den por culo.

Qué miedo, oye. Que miedo dan los salvapatrias y salvaalmas jauja-justicieros que van por ahí repartiendo el Vº Bº para vivir en la Tierra y en el cielo. Los apoya hasta Bertín Osborne, pero una cuestión es la justicia y otra Sor Lucia (la cuñada del padre Apeles), que quiere zurzir los entuertos que por aquí venimos denunciando desde hace años, en balde, porque «la ley estaba pensada para robagallinas y no para el gran defraudador», según nos advierte el presidente del Tribunal Supremo. Pero es que esa ley, y la trampa, la hacen los politicos, su vuecente eminencia.



Y pese a todo prosigue el baldeo, aunque lento, sin la ayuda del Sidol justicero que abrillanta pero no pule. Y poco a poco va cayendo el robín y la roña, y ya están en chironas unos cuantos, procesados otros cuales y en capilla otros nuevos como los del penúltimo escándalo.

Y es que hay casta y castas, aunque uno prefiere la casta de la escritora Pardo Bazan que ya en el siglo XIX (hace 150 años) echaba un polvo con el también escritor Pérez Galdós a bordo de un carruaje de caballos en medio la Castellana de Madrid, y encima se le olvidaban las bragas en la calle. «¿Qué habrá dicho el guarda de la Castellana al recogerlas?, le preguntaba con recochineo a su amante, su «miquiño mío».

150 años después en algunos pueblos de la España profunda invitas a una chica a una función de teatro y te pone cara como si las hubieras invitado a perder las bragas en la Gran Via. Cuestión de cultura. O de casta.

O de que eres feo, claro, según me dicen mis mejores ex-amigas. O porque te quieren ‘como amigo’, que es lo que aducen otras para no herirte, aunque conmigo han sido más escuetas y se han limitado a mandarme a la mierda. Sin delicadezas. Uno tenía que haber nacido hace 150 años, con la buena casta, porque así no hay forma de divorciarse. Ni de que te condenen en la Tierra. Ni de perder las bragas.

Columna publicada en el periódico El Mirador de Cieza.