18 de abril de 2018

Black Mirror y otras sandeces de este jaez


He caído en la tentación y me he bajado la afamada Blacak Mirror de la televisión inglesa y la conclusión es nefasta: con medios, dineros y productores son incapaces de crear una historia creíble. El primer capítulo en el que se obliga  al primera ministro  a follarse a un cerdo en público, es desopilante pero no por el asunto en sí del capítulo, sino al comprobar que hay mucho memo con tan poca imaginación.

La Cabina de Chicho Ibáñez Serrador, con  López Vázquez, esta plagada de excepcionales dotes al servicio del espectador inteligente. Los tontos caen en cualquier hoyo y se creen que es el 22 de un campo de golf. Si de las consecuencias de los avances tecnológicos hablamos, Chicho lo consiguió con escasísima producción, un teléfono, una cabina y hace ya más de 40 años o así, de donde se infiere que el futuro que nos espera es de los panarras papanatas esnob que se creen lo que cuentan. 

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