24 de noviembre de 2013

Papis

Los alumnos vuelven a protestar contra la ley de Educación de la derecha, aprobada sin consenso, tras otras tres leyes de izquierdas también aprobadas sin consenso.  Hacen bien, aunque uno no los entienda porque he sido un lelo matriculado al que han echado tanto de la enseñanza pública como de la privada; un baldón que me impide comprender por qué he de pagarle la carrera a un niñato que ejercerá de cirujano y se convertirá en millonario poniendo tetas. O que se forrará como registrador o notario. O construyendo chaleses si oficia de arquitecto. O cobrándome 50 euros la hora si ejerce de abogado. Que se la pague su papi.

Pero los papis no quieren y por eso han apoyado las reivindicaciones de sus criaturicas; de esos seres horripilantes que comen, cagan, duermen, acarrean libros e incluso practican actividades al aire libre con el botellón. Criaturicas.



Los padres lo que quieren es que a sus hijos los aprueben sin estudiar y sin que les cueste un duro. «Títulos para todos». Uno no tiene hijos (que yo sepa), pero tiene que aguantar a los hijos de los demás; a los nenes de aquellos que no supieron hacerse un nudo en la polla y cargan sobre nuestros hombros los pesados fardos de su paternidad, el caprichito de que sus roros los llamen a ellos «papá» o «mamá».

Porque ser papi es muy fácil. Hasta el más tonto sabe cambiar la goma del butano. La cuestión es que los demás te financien los libros del nene, el autobús del nene y los suspensos del nene. La pater/maternidad no es un derecho. Eso de reproducirse está muy sobrevalorado y lo hacen hasta las ratas y los conejos, como mejor tino y fortuna porque no cargan sobre los demás sus primarios instintos de dejar aquí sus genes, como si fueras un Einstein o una Madam Curi.

No lo eres. No lo sois. Y vais a dejar unos ceporros que, salvo excepciones, se afiliarán a una peña de fútbol, consumirán gasto social y procuran ser liberados sindicales, si son algo espabilados. Porque para más no dan de sí. Lo dice Luis Antonio de Villena (escritor, progresista y gay): «Yo no era franquista y detesté al dictador, pero he de decir (con pena), que cuando terminé el bachillerato en 1968 sabía bastante más que muchos de los que terminan hoy una carrera universitaria». Verdad verdadera, porque.  la mayoría de mis compañeros que se quedaron en el instituto estudiaron su carrera con becas de Franco pues pertenecían a familias humildes. Ahora los alumnos disfrutan de Internet o ‘guatsap’ y fracasan con estrépito pese a que se invierte en ellos más que nunca. Y ninguna universidad española está entre las 200 mejores del mundo.

Es para hacérselo mirar, sí, como los papás y las mamás que se dan a la procreación como los conejos y los cerdos, pero sin charco. Voy a tener un hijo, te dicen alborozados. Por qué. Por qué nos odias tanto. Si quieres dejar tus genes para la posterioridad haz horas extras, querido, y te pagas el caprichito.

Columna publicada en el periódico El Mirador de Cieza. 

17 de noviembre de 2013

Sinceridad

Las parejas más sinceras son, normalmente, las menos felices, según la profesora Marianne Dainton, de la Universidad de La Salle en Filadelfia, que tras diversos estudios ha llegado a la conclusión de que la sinceridad es una gran fuente de insatisfacción, si la llevamos al extremo.

Dainton explica que no todas las mentiras son satisfactorias, pero sí son convenientes aquellas que nos hacen evitar una pelea. Y es cierto. Por eso si la chica te pregunta si la ves más gorda debes aclararle que no, qué va, porque ella te va a mentir a ti con eso de que «sí, he llegado». Dicen que son mentiras piadosas, pero en realidad con trolas muy gordas pero imprescindibles. Yo siempre he mentido mucho y cuando puedo escaparme de casa y me preguntan a las 7 de la mañana si he madrugado para ir a trabajar, siempre digo que sí. O que voy a hacerme un análisis de sangre. Nunca digo que voy a acostarme.



Hay que mentir como ha hecho todos estos años la UGT de Andalucía que por fin han reconocido que se llevan dinero de los ERE y ha defendido su derecho a cobrar del fondo de reptiles por mediar en ellos, aunque, permitan despedir a trabajadores. «No somos hermanitas de la caridad», afirman quejicosos, reconociendo que existen las hermanitas de la caridad que son solidarias sin peaje y que para ellos eso del compadraje obrero está muy bien siempre que apoquines una comisión, sin recortes, que ya nos manifestamos el próximo sábado para que no los haya.

Por eso las cenas con gambas, jamón y fino en la Feria de Sevilla, son «copas de trabajo». Sin recortes. Este es el sindicalismo del siglo XXI: se echa al trabajador a la calle y nosotros nos embolsamos por intermediar en ello porque, obviamente, «no somos hermanitas de la caridad». Qué te habías creído.

Y que siga la fiesta, sin recortes, pues ya nos advertía Hemingway que «aquí no bebemos para emborracharnos, sino para seguir borrachos». Por eso quiere volver Aznarín con la ayuda de Pedro J., el del El Mundo. Y por eso Rubalcaba «ha vuelto». Y por eso en Granada 14 políticos inauguraron hace poco una rotonda en el municipio de Alhendin.

La rotonda es tan pequeña que en la foto que se hicieron para la posterioridad, para recordar semejante proeza, no cabían todos y se quedaron fuera seis diputados y un senador. Y luego se fueron todos a abrir un spa. La mayoría eran del PP, pero también estaba el único concejal del PSOE, para que luego digan lo de las dos Españas. Caben las dos en una pequeña rotonda. La genial cineasta ciezana, Manuela Moreno, los podría haber filmado con el punto de vista jocoso y sarcástico de su corto ‘Pipas’.

Para eso están y para eso cobran, seamos también sinceros. Aunque a veces es mejor mentir y decirle a tu chica que el pelo largo que ha encontrado en tu bigote no es de su mejor amiga, sino de su madre. Así todo queda en familia.

Columna publicada en el periódico El Mirador de Cieza. 

10 de noviembre de 2013

Cepillo

Lo más 'cool' de los regalos de aniversario es comprarle a la chica un cepillo de dientes eléctrico, en lugar de la tradicional alcachofa de la ducha. Y cuando te lo dicen te quedas despatarrado porque ellas mismas reconocen que el cepillo es mejor porque tiene múltiples ventajas, créeme, pues el mango tiene un grosor aceptable, el cabezal se puede usar con diferentes intensidades tanto en una zona como en otra, por encima o debajo de la ropa, y aunque las pilas estén casi gastadas. Pero la ventaja decisiva -me aclaran-, es que se compra sin pudor y es tan discreto que se guarda en la mesilla de noche o el baño. Y se lleva en el bolso para viajes o "emergencias".

Y te quedas patitieso, ya digo, porque las chicas criaban fama de modositas y ahora resulta que se dan al gaudeamus que da gusto. Como nuestros bienqueridos políticos que son incapaces de ponerse de acuerdo con la Educación (de los hijos de los demás), pues quieren llevarse el ascua ideológica a su sardina.



Todas las leyes de Educación vigentes en democracia han sido de izquierdas porque lo primero que hizo Zapatero fue ajusticiar la ley de Aznar, que no entró en vigor. Ni respiró. Y el PP le responde ahora imponiendo la suya mientras algunos alumnos no entienden un texto escrito, según PISA, y tenemos el doble de fracaso escolar que el resto de Europa, pese a invertir más que ellos. Nos va la marcha. Que no decaiga. Hasta la próxima ley.

Nuestros preclaros políticos se entretienen recauchutando leyes pues sólo buscan imponer su esperma ideológico y cuando unos aprueban una ley, los otros mean luego encima de ella para borrarla, marcar territorio y que se sepa que esa útero ideológico es suyo. Como los perros.

Tenemos los mismos políticos de toda la vida como Rajoy, Rubalcaba, Cayo Lara o Rosa Díez; aunque esta última (ahora UPyD), ha cambiado de collar porque lleva 36 años afincada en la política pues ya fue consejera del PSOE en el gobierno Vasco, quiso liderarlo en las primarias y ahora se nos aparece a los pastorcillos en plan 'virgo potes, virgo veneranda, virgo predicanda'.

Más de lo mismo, sí, porque la nueva crianza juvenil ya viene con añada de barrica de roble como la flamante presidenta socialista de Andalucía, Susana Díaz, que no ha trabajado en su vida fuera del partido y llegó a dejarse la universidad para dirigir las juventudes socialistas. A eso se le llama vocación, de novicia con canas. Muy lógica tal querencia cuando se han subido la asignación a los partidos un 24% para 2014.

Luego se extrañan de que aumente la abstención hasta casi el 48%, un horror, porque los políticos interpretan que te da igual lo que hagan y siguen mangoneándote. Lo que les jode es el voto en blanco (sobre vacío) o el voto a los independientes que no reciben de Madrid las soflamas y hasta la cartelería. Mejor meter en la urna un cepillo de dientes a ver si se alivian. O una muñeca hinchable, que todo aprovecha.

Columna publicada en el periódico El Mirador de Cieza. 

3 de noviembre de 2013

Basura

Un violador reincidente ha salido libre gracias a la sentencia de Estrasburgo que ha permitido ir excarcelando terroristas y demás ralea de baja estofa, como la etarra que fue liberada en sólo unas horas. Y eso que dicen que la justicia española es lenta.

Duele, pero hay que aceptar la sentencia pues a estos criminales se les juzgó con una ley que no se puede modificar según el capricho retroactivo. Da rabia, pero no te pueden poner una multa de tráfico, pagarla y que luego cambie el Gobierno y te aumenten su importe. O que te modifiquen las exenciones a las que tuviste derecho.

La culpa de este descamino no es del tribunal de Estrasburgo, que ya ilegalizó a los etarras, sino de los políticos que se negaron a cambiar cuatro veces la benévola ley de la dictadura de 1973. Éramos demócratas ‘de toda la vida’ y estábamos tan agustito con una ley franquista. Cambiar una ley de la dictadura era ‘reaccionario, según Zapatero. No se modificó (en parte) hasta 1995 y tuvimos que esperar a Aznar para que los asesinos cumplieran íntegramente las penas.



Están en la calle gracias a la sumisa izquierda que confunde la reinserción con la redención (ver ‘Pickpocket’, ‘Un condenado a muerte se escapa’ o ‘Mouchette’, del cristiano jansenista Robert Bresson). Para alcanzar la redención hay que hacer luego el bien y estos asesinos ni tan siquiera han colaborado con la justicia. No quieren redimirse. Sólo salir de la cárcel y cobrar el paro, como genuinos españoles.

Y dejarnos el dolor de las víctimas, sólo dolor, pues lo que sentimos por ellos no es odio, como afirma el comunista Llamazares, sino el mismo sentimiento que padecen las mujeres hacia el ‘violador del ascensor’ que agredió a 18 jóvenes, asesinó a dos chicas y que ahora va a ser liberado.

Los proetarras y el PNV se han regocijado por el cumplimiento riguroso de la legalidad y ahora deberán aceptar que ese rigor se siga cumpliendo y no se relaje la política penitencia a los demás etarras. Ellos mismos se han ahorcado el 6 doble.

Pero lo que a uno le espeluzna no es que los terroristas salgan a la calle y la llenen de más basura, sino que gobiernen las instituciones del País Vasco y obliguen a colocar en los portales de las casas unos ganchos para que los vecinos cuelguen las bolsas de basura, con el nombre de la familia etiquetado en la bolsa para facilitar la inspección. Teniendo en cuenta a qué juegan por allí, cómo entienden los derechos humanos, a mí me daría miedo hasta meter en la bolsa papeles rotos en mil confeti.

Es una guarrada pero no lo saben. Quizás podríamos hacérselo ver llenando la bolsa con el papel usado del váter para brindar con el inspector cuando hurgue en la bolsa que cuelga junto a la entrada de los edificios. Porque en el País Vasco la basura está colgada de las paredes. Y de las instituciones gracias a los jueces del Constitucional que fueron los que legalizaron a los pro-etarras. Los jueces españoles, no los de Estrasburgo.

Columna publicada en el periódico El Mirador de Cieza.