28 de diciembre de 2014

Big Bang

Los hombres detestan todo lo que no saben desabrochar, según las expertas. Se refieren a la lencería, claro, y no es cierto porque algunos preferimos lo complejo y sabemos desabrochar las presillas o corchetes de fajas y ligueros. Cosas de hacerse viejo, digo, diablo.

Pero lo dejaremos ahí porque como algunos me afean que aludo mucho al sexo, y además celebramos año nuevo, dejaremos de fumar como Mark Twain y nos ocuparemos de cuestiones muy principales porque los científicos han confirmado el origen del Universo y su expansión (el Big Bang), pues parece que había un punto extremadamente caliente que le dio por explotar y expandirse (sin acción/reacción newtoniana), porque no tenía otra cosa que hacer. Se conoce que se aburría.

Hawking sostiene que preguntarse qué había antes del Big Bang es tan absurdo como preguntarse por un punto que esté situado más allá del Polo Norte, porque no existe. Y es cierto, pero quizás deberíamos contratar a Epi y Blas para que algunos aprendan el significado de antes y después. Porque más allá de Polo Norte no hay nada más porque empieza el Sur, es cierto, pero aquí no hemos preguntado qué hay más allá sino antes. Y antes del Polo Norte está el Sur. Hay algo.

Volvamos a Epi y Blas porque según el razonamiento «mano es a guante como cabeza es a pelo/sombrero/cuello/pendiente», no se pueden sumar peras con manzanas ni la geografía con la física porque en el mar la distancia curva es más corta que la línea recta (rumbo loxodrómico). Fíjate qué cosas pasan. Cuando la ciencia desconoce el 95% del Universo, no lo llama Dios sino ‘materia oscura’. Y a mandar que para eso estamos.

Así que el Bing Bang se produce por el «argumento opaco», es decir, porque sí, porque no ‘semos’ nadie y la explosión surgió sin motivo ni causa. Dios podría argumentar que fue por amor o por instinto artístico como señalaba el cineasta Andrei Tarkosky al referirse a que el sentido de la creación no posee una meta, «es desinteresado y quizás eso demuestre que hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios».

Pero la ciencia no tiene amor ni espiritu creativo; sólo un punto caliente que explota porque sí. Sabe el cómo, pero no sabe explicar el porqué. Tan sólo arguye que porque sí, porque sí y porque sí, como los niños. Por una ‘casualidad’ que es la certeza científica que sostiene que una mujer se pone el tanga de encaje y puntillas porque son las primeras bragas que ha encontrado.

Si un coche se estrella contra un muro se puede explicar el ‘cómo’ del accidente ya que llevaba una fuerza igual a la masa por la aceleración. Aprobado en física. Pero el porqué se debe a que el conductor se distrajo porque iba pensando en el culo de la mejor amiga de su mujer. Ese es el porqué periodístico que la ciencia obvia porque no lo sabe y no puede echar mano del sentido creativo o del amor. Sólo del porque sí. No saben el porqué y suponen que la mujer se ha puesto el liguero para sujetarse las medidas. Son muy ingenuos. Se conoce que follan poco. Angelicos...

Columna publicada en el periódico El Mirador de Cieza. 

21 de diciembre de 2014

Natividad

Ahora que disfrutamos de «fechas tan señaladas», es decir, la Navidad, volvemos a la carga con la matraca de ‘felices fiestas’ y demás espumiñones carta nevada, por lo que no sabes si estás celebrando el Hueso de Oliva, Moros y Cristianos o la Tomatina de Buñol. O la cursilada de las ‘fiestas de invierno’ que pronuncian todos aquellos cursiprogres que no quieren que se les catalogue de reaccionarios fascistas.

Ya teníamos constancia de que España es un país donde hace siglos las ardillas (y los tontos) recorrían la península ibérica de Norte a Sur saltando de árbol en árbol, pero ahora, además, los tontos han decidido que con tal de no celebrar la Navidad se puede y debe concelebrar ‘jalogüen’. O festejar el 'black friday'. O adoptar un Papa Noel peliculero ‘holibud’ americano.

Se aprecia en los anuncios de la tele donde para venderte el turrón, el cava o los juguetes garrapiñados, se apañan unas ‘felices fiestas’ que también podrían ser las de Gigantes y Cabezudos. Es obvio que la Navidad es religiosa, nació de unas efemérides cristiana, pero si no te gusta, si no comulgas con ella, no impongas tus criterios a los demás e intentes camuflar la celebración religiosa como la del ‘solsticio de invierno’, que es como celebrar la eclíptica de la Tierra.


La Navidad es la Navidad incluso para los ateos inteligentes porque se conmemora algo que es común para todos; una fecha que sirve para que nos matemos menos. En la I Guerra Mundial los soldados de ambos bandos dejaron de pegar tiros para salir de las trincheras, darse un abrazo, celebrar la Nochebuena e incluso jugar un partido de fútbol. Era Navidad y todos ellos se abrazaron y cenaron, haciendo caso omiso a sus emperifollados entorchados. Al día siguiente volvieron a matarse, es cierto, pero que por un día aparcan la guerra y se olvidaran de matarse, nos dice que la fecha es algo más que una celebración cristiana.

Lo es para los cuatro niños cristianos decapitados en Irak entre la indiferencia de los perpetuos abanderados de la paz, pues a fin de cuentas son unos niños cristianos faltones y farrucos, que cuando los obligaron a comulgar con Mahoma replicaron insolentes que no, «que no podemos, porque amamos a Jesús”. Y fueron decapitados. No fue hace 2014 años, sino ayer mismo, mientras otros callaban, y callan, porque los asesinados no eran musulmanes palestinos y los niños cristianos son culpables de la Inquisición, y todo eso.

Cuando uno era ateo, que lo fui y de lo más campanudo, celebraba la Navidad y respetaba una tradición que sirve para que al menos nos olvidemos de odiarnos fraternalmente. Incluso cambiaba la guardia en la Marina para que los casados se fueran a su casa a celebrarla en familia, mientras que uno se quedaba en el barco haciéndoles la guardia. Era dichoso al saber que había gente que esa noche era feliz y lo celebraba con su familia. Quizás algún día algunos comprendan que la tolerancia también consiste en alegrarte por la felicidad de los demás, ya sean moros, judíos o cristianos. Quizás. Mientras tanto feliz Navidad para todos los hombres de buena voluntad. Y también para los cabritos hijos de puta.

Columna publicada en el periódico El Mirador de Cieza.

14 de diciembre de 2014

Tararís

En la ciudad China de Heyuan un atracador entró armado en un banco y tuvo que guardar cola porque quería colarse. No es que fuera español y todo eso, o que hubiera cola de atracadores, sino que lo obligaron a comportarse como un ciudadano más. Y respetar la vez. Yo le hubiera dicho a los del banco (o los de la cola), que tenía prisa en atracar porque se me pegaba el arroz. Pero nada.

Porque además cuando al atracador le tocó el turno le negaron el atraco porque no tenían con qué pagárselo. No había liquidez. Esto de la liquidez es muy principal porque tú puedes tener un reino en Babia y estar sin liquidez, ya sabes, mañana me paso y te pago. Y encima ahora ya no te hipotecan en Babia.

Ser oportuno es primordial, mucho, y quizás por eso algunos han aprovechado el banqueteo con la celebración de los quinquenios de la vigente Constitución, para exigir la reforma constitucional, con razón, porque podríamos darle chapa y pintura, cambiarle el aceite, revisar el delco, sustituir los filtros del aire, comprobar las suspensiones y el freno de mano, cambiar la correa de distribución, limpiar las bujías o comprobar la presión de los neumáticos.


También podríamos trucar el tubo de escape para que los nacionalistas atruenen pecho-lobo y puedan tunear un ‘seiscientos’ españolista para que parezca un Ferrari nacionalista. Se podría hacer. En cuanto lo votemos todos los españoles como ya hicimos con la otra.

Aunque se ha de hacer constar que la actual todavía está sin cumplir porque la que calzamos vocea que todos los españoles tenemos derecho a una vivienda digna. Y... tararí que te vi.

Se supone además que en la nueva Constitución también se haría constar este artículo, pero seguiría dando igual. Podríamos conseguir, eso sí, que en vez del artº 47 fuera el 14, pero esa flamante constitución seguiría sin cumplirse y sin desarrollarse. Tendríamos traje nuevo, muy fachendoso, pero con los misma tela que el anterior.

Una cosa así como cambiarte de un piso con goteras a otro con humedades, para presumir jactancioso de nuevo domicilio. Y todo este papeleo constitucional requiere más formalidad que ir cambiando de Constitución en Constitución, y me llevo una, porque queremos aparentar modernidad pero sin cumplirla, como con la vieja. Tenemos que ser francos, aunque nos cueste, porque los españoles sólo somos sinceros cuando nos confesamos, ya sea con el cura, el camarero o la puta de guardia.

Las constituciones más antiguas del mundo no se han cambiado y tan sólo se le han añadido enmiendas. Los ingleses que aparte de Blas de Lezo (el patriota vasco-español que les afea el orgullo), pueden fachendear cuellierguidos de ser la primera democracia del mundo, no tienen constitución escrita. Para qué.

¿Para seguir proclamando, de constitución en constitución, que todos los españoles tienen derecho a una vivienda digna?... ¿Para dejar por sentado que todos vamos a ser justos y benéficos y que seremos   felices y comeremos perdices como en la de 1812?... Pregunto. Y si no me responden ni atienden, me voy a hacer cola en China para atracar un banco. Allí sí que te respetan, contestan y te dan la vez.

Columna publicada en el periódico El Mirador de Cieza. 

7 de diciembre de 2014

Maletas

Venecia va a multar con 500 euros a todos los que empujen su equipaje con ruedas, para evitar ruidos molestos a los vecinos. Pues mal, muy mal. Si matas a alguien y lo metes en una maleta con ruedas para acercarte al contenedor y tirar el cadáver, van y te multan por hacer ruido. No lo entiendo.

Es más fácil entender a Pablo Iglesias que ha presentado su programa económico, cuando no ha rectificado aún lo de la censura a los medios que no sean de su casta. Aunque nos ha prometido que vamos a trabajar menos y cobrar más. Chachi. Y además piensa subir las pensiones, jornadas de 35 horas (trabajar menos), subir los salarios (cobrar más) o bancos públicos para todos (que no serán como las cajas públicas saqueadas). A ver si consigue primero la igualdad de sueldo entre hombres y mujeres, y luego nos vemos y hablamos.


Aunque lo mejorcito de todo es lo de trabajar menos y cobrar más. Me apunto. Y al que se salte la cola lo capo. El dinero aflorará en borbotón del aumento de los impuestos a los ricachones, aunque como disfrutamos de libertad de movimientos, los malvados millonarios cogerán el montante de sus dineros y se lo llevarán a otro país como ha hecho el actor Gérard Depardieu para no pagar impuestos en Francia. Y el dinero extranjero huiría pues ya han sacado 22.300 millones netos hasta septiembre de este año. Cifras, con letras.

Pero de lo trabajar menos y cobrar más es cojonudo, me apunto el primero y a ver quién tiene huevos a colarse. Estoy seguro que Don Pablo conseguirá que trabajemos menos y cobremos más porque tienen experiencia en ello pues Iñigo Errejón, el Milhouse de Podemos, disfruta de una beca de 16.425 euros de la Universidad de Málaga, a la que no acude pues le basta con mandar un trabajo cada dos meses que le supervisa su amiguito Monedero, también de Podemos, tuya mía, mía tuya. Enchufismo ‘casteril’ que no respeta las incompatibilidades.

Don Pablo debe saber mucho de ‘empleo para todos’ porque en el ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid han estado contratados su novia, su suegro y su cuñado. La familia, unida, jamás será vencida porque la novia adjudicó siendo concejal de IU un contrato de miles de euros a su querido hermanísimo, pese a que sabía que no debía votar a favor. Experiencia tienen. Todavía no se han presentado aquí a las elecciones y ya pintan maneras de casta golfa y sinvergüenza pero legal, eso sí. «Somos lo que hacemos», según Aristóteles. «De casta le viene al galgo», según el refranero del pueblo.

El excelentísimo señor don Pablo Iglesias (para mí tiene excelencia todo aquel que consigue que trabaje menos y cobre más), puede prometer todavía más. Mucho más. Por ejemplo habitaciones individuales en los hospitales y residencias de ancianos con jacuzzi y baño turco. Y una novia que no le duela la cabeza.

Aunque como va a subir los impuestos la próxima vez que maté a alguien me marcho a Roma. Los impuestos que los paguen los ricos, que para eso están si no huyen y nos tenemos que comer los mocos.

Columna publicada en el periódico El Mirador de Cieza.