Iberdrola nos da el coñazo

Ahora resulta que parece, eso dicen, que Woody Allen era pederasta, según las acusaciones de du propia hija. Aunque muchos ídolos se nos caen y hay que saber diferenciar entre obra y vida personal. Tengo escrito que Coco Chanel (tan aclamada) era hitleriana, por ejemplo, junto a otros muchos que son idolatrados. No justifico a Allen. La verdad es que da asquito, pero eso no quita para que siga considerando obras suyas como obras de arte.

Y mientras tanto trajinando con Iberdrola por lo del bono social. Supongo que la excusa para renovarlo cada dos años haya sido porque lo exija el Gobierno, pero a todos los pensionistas que nos acogemos a la tarifa social, nos están pidiendo papeles para demostrar que seguimos en la penuria.. No lo sabía y por poco se me pasa el plazo, pero ayer (y hoy) estuve pringado con los trámites "vuelva usted mañana". Las compañías lo que pretenden es

detectar posibles fraudes para ahorrarse los dineros, pero a los ancianos nos están jodiendo.

Para empezar he tenido que poner la luz a mi nombre porque todavía estaba a nombre de mi padre Juan María. Ida para aquí y para allá. Y una vez resuelto esto pasamos a los demás papeles, que ya los tengo casi todos excepto el certificado del porcentaje de mi discapacidad que hay que conseguirlo por el IMAC de Murcia y por tanto ahora mismo me voy a la ventanilla única para pedirlo. Lo bueno de poner la luz a mi nombres es que al añadir la minusvalía pagaremos todavía menos.  Merece la pena. Si antes tenía el bono social por mi madre ahora hay que añadirle mi discapacidad, por lo que la factura bajará aún más. Y luego al médico y a Mercadona.

Y cuento todas estas peripecias mundanas porque el blog es mio y quería soledad. Me equivoqué y tuve que recuperarlo, pero aproveché para esconderlo y cambié el hombre de aefemarin.blogspot.com a antoniofmarin.blogspot.com. Aunque  parece que no ha servido de nada porque veo que lo han encontrado y siguen entrando pese a la artimaña de la navegación anónima de Chrome. De hecho eso perjudica sólo a los que tengan publicidad, pero yo ya no cuelgo ninguna y me da igual que entren 8 que 80. Mejor ocho, que no estoy para alborotos. Y quiero explayarme en mis cosas y en lo que me dé la real gana. Lo sigo manteniendo porque no quiero perder el vicio de escribir, la rutina del trabajo diario, aunque sea con tonterías y menudencias cotidianas. Da igual.