21 de septiembre de 2014

Imputación

La palabra más recurrente en España es ‘imputación’. Hasta ahora uno creía que imputar era meter a alguien a puta, pero me confundía con ‘emputecer’ que sí que es meter a puta, aunque seamos serios: la mayoría de los imputados se han emputecido en la cosa pública para sacar dinero fácil hasta que han venido los alemanes a rescatarnos porque son los que pagan Europa y el que paga manda. Los gorrones se ponen en cola. Y además son célebres por su seriedad y fiabilidad: sabes que un frigorífico alemán va a estar años funcionando sin tener que tocarlo.

España no es fiable porque tiene a todos sus ingenieros, emigrados, fabricando frigroríficos en Alemania, mientras otros viven de maravilla en su país de Alicia y aguacate pues los mismos que apoyan el referendum en Cataluña y la desobedicencia civil, exigen la obediencia a la actual ley para elegir al alcalde. Debe de ser una psicopatía política que no asimila que no puedes pedir la ilegalidad de la desobediencia y exigir la legalidad de la obediencia a la actual ley que se pretende reformar democráticamente, sea buena o mala, que eso es otra cuestión y hay que discutirla. Quieren que no se cumpla la ley y también que se cumpla.


Psicopatía política que no nos extraña porque en estos tiempos puedes esperar de todo, incluidos los ‘hipster’ que nos colonizan; otra tribu urbana que uno no entiende porque debo de ser muy conservador pues me gustan las pijas de toda la vida que son muy educadas y no chillan cuando se corren. Aunque si es por amor se hace lo que sea como ha hecho el director de cine Alex de la Iglesia, que se ha casado por la Iglesia cuando es agnóstico, como mínimo.

Dicen que es por amor a su novia y es cierto, pero con esa actitud tolerante demuestra que es inteligente y sabe discernir entre lo principal y lo accesorio. Y el amor no es cursi aunque se lo parezca a todos aquellos que lo aborrecen porque no pueden vivirlo pues están verdes, como las uvas.

Son esnob que desconocen que el amor o es cursi o es de pago. O que el amor es cursi o no lo es. Y lo es, per se, desde Shakespeare a Pablo Neruda pasando por Romeo y Julieta o la canción desesperada. Aunque ellos no lo admitan por miedo a parecer débiles. O chicas poco liberadas. ‘Requiescat in pace’ o ‘requien cantin palo’, para dejar que los muertos entierren a los muertos.

El Papa Francisco anda muy vivo y ha casado a parejas que «vivían en pecado» (según el El Mundo); parejas que vivían juntas o habían tenido un hijo. “Ustedes son los valientes porque tienen el valor de casarse”, les reconoció en el enlace. Yo también soy muy valiente, me lo pido, pero es que no tengo pareja ni para pecar y así no hay forma de que me casen. Difícil, sabe usted, porque creo que soy el único que abre las botellas de champán con alicates. Por razones ebrias, digo, obvias. Y eso que no estoy ni emputecido ni imputado.

Columna publicada en el periódico El Mirador de Cieza. 

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