28 de septiembre de 2014

Mi riñon

El doctor Frédéric Saldmann asegura que los hombres que eyaculan 12 veces al mes disminuyen en un 50% el riesgo de problemas cardiacos. Una buena noticia, pero a ver quién es el guaperas que convence a las chicas para que te hagan una manola. Lo más probable es que te digan que no, que te acaban de conocer. Y que además están tomándose una copa en la barra con sus amigas. Son crueles y no tienen en cuenta que es por prescripción facultativa. Y ni leen las instrucciones, ni consultan al farmacéutico.

Para qué. Les han dicho que su cuerpo es suyo y pueden hacer con él lo que les pete. Incluso abortar lo que les incomoda porque es ‘como ponerse tetas’ (ministra Aido). La nueva ley del Aborto la ha parado Rajoy, acojonado, y las niñas podrán seguir abortando pese a que en las farmacias se vende la ‘píldora del día después’ sin receta (aprobada por el mismo Gallardón que ahora dimite con coherencia). Pero no saben orientarse y no dan con la farmacia ni aunque les hagas un plano. Ha triunfado ‘mi cuerpo, mis derechos’ que ahorra la molestia de salir a comprar la pastilla que evita la casquería y acudir al casquero.


Aunque eso de ‘mi cuerpo, mis derechos’ es lo que también piensan las prostitutas de la asociación Hetaira que piden que se las legalice pues quieren cotizar y pagar impuestos. ‘Mi cuerpo, yo decido’, podrían añadir las putas sin que ‘los feministos’ tengan nada que decir porque además España es el país más putero de Europa, nobleza obliga, y quizás por eso permite el aborto irresponsable pero le da un manguerazo a las prostis con la nueva ley de Seguridad. Hay cuerpos privilegiados con derechos y cuerpos prisioneros sin derechos. Una estupidez porque en Internet te encuentras hasta ‘pornochachas’a domicilio. O ‘webcamer’ desde su propia cama. O ‘sugar baby’ universitarias.

Rajoy es ya ‘carlancúo’ y debería saber que una cuestión es la trata para la prostitución y otra la que se ejerce por propia iniciativa en hoteles, chalets o Internet. Las scort o putas de lujo suelen cobrar un mínimo de 500 euros por hora, saben idiomas y venden su cuerpo porque les sale del coño. Porque es suyo, y ellas deciden. Punto pelota.

Así que las del colectivo Hetaira piden su legalización pues pueden ampararse en la doctrina ‘mi cuerpo, mis derechos’ y ahí nadie pincha, corta, ni moja, puesto que ‘es mi cuerpo, mis normas’.

O lo aborto, lo prostituyo o lo vendo en porciones porque ‘mi cuerpo, yo decido’ es lo que también pueden argüir los que venden sus órganos al mejor postor del mercado (40.000 euros el cacho de hígado según la última detención en España). La doctrina ‘mi cuerpo, yo decido’ legaliza a las putas y el mercado libre de riñones, pero algun@s no lo comprenden aunque les pongas ejemplos como a los niños, los tontos y los políticos. Y la locura es tener que repetir una y otra vez lo obvio. Se conoce que eyaculamos mucho. Y sin saber follar: 308 abortos al día, pese a la pastilla sin receta que lo evita.

Columna publicada en el periódico El Mirador de Cieza. 

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