Un grupo de científicos de la Universidad de Anglia en EEUU ha desarrollado un método para calcular la velocidad a la que se envejece y pronosticar así la esperanza de vida y la fecha exacta de cuándo te vas a morir. Se trata de medir la longitud de los telómeros, que actúan como un reloj interno del organismo, con un sencillo análisis de sangre que sólo cuesta 500 euros.
Saber la fecha exacta de cuándo te vas a morir es muy prudente y recomendable pues te permite destruir a tiempo las pelis porno, pegarle el sablazo a los amigos, decirle a tus herederos que tu esperma lo donaste a un Banco de Semen o quedar con alguien para morirte al mismo tiempo. «Nos vemos a las 5 en tu casa para morirnos», por ejemplo.
O para hablar de la crisis que hace tiempo que no hablamos de ella, aunque correspondía también tocar el sexo que son asuntos muy principales que no tocamos (sobre todo el sexo); pero mejor nos carcajeamos un ratico pues ya dicen que la risa es muy buena para ese colesterol que sigue siendo una plaga, pese al hambre de los contenedores del New York Times. Así que uno se ríe mucho, incluso cuando se te ocurre algo en un bar mientras meas cara a la pared, en el pelotón de fusilamiento. Por eso me gusta tanto la soledad: porque me lo paso muy bien conmigo mismo.
Y no me refiero sólo al sexo, malpensados, oye, que no te puedes fiar de nadie. Ni tan siquiera de los españolazos catalanes que pretenden que tus hijos estudien en catalán «por cojones», mientras se llevan los dineros a Suiza. Ni de los economistas, muy licenciados ellos, que saben explicar de rechupete qué es la crisis, pero no saben sacarnos de ella. Y así llevamos 5 años.
Ahora parece que han consultado los hígados de oca y nos dicen que el enfermo tiene mejor color porque se ha reducido la deuda, el déficit exterior es positivo (vendemos más que compramos), los inversores extranjeros han vuelto a comprar deuda del Estado y Messi ha batido el récord goleador de Muller.Son indicios de que ya hemos tocado fondo, que hemos llegado al suelo de la piscina y vamos a tomar impulso para salir a la superficie. Aunque si en el descenso se ahogaron algunos, mientras subimos se ahogaran otros cuantos porque aún queda agua por nadar.
Saldremos de la piscina el próximo año (según el FMI), pero entonces necesitaremos el albornoz chapado en pan de oro. Y la tele de plasma 4x4, autobuses con acceso a Internet (Murcia), el crédito para echar un polvo hortera en Cancún y un curro que permita trabajar más para comprarte una cama mejor en la que descansar más para trabajar más, ganar más y poder comprarte una cama mejor en la que descansar más para trabajar más, ganar más y poder comprarte una cama mejor en la que... puedas morirte con la cita concertada tras medirte los telómeros y fijarte la fecha exacta de la muerte. Suponiendo que tus herederos no te hayan matado antes.
Columna publicada en el periódico El Mirador de Cieza.
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