Tenerlo, usarlo, disfrutarlo....

Confieso,
que aunque se declare mío,
quiero que cada día lo sea más,
tenerle, usarle, disfrutarle,
sabiendo que en mi placer, también nace su placer.
Confieso,
que tener la llave de sus deseos, decidir sobre ese tiempo,
que solo él y yo sabemos
y saberle allí entregado,
me excita, y moja mis cinco sentidos,
me alegra el alma.
Confieso,
que cuando entro en el,
una y otra vez y le poseo,
le ofrezco agua,
y también calmo mi sed.
Confieso,
que con cada azote,
que nos excita, mi placer crece,
cada vez más y más.
Confieso ,
que cuando desnuda su alma,
me hace feliz tenerle.
Confieso,
que hay más cosas que son...
de por si morbosamente
inconfesables.

Texto del blog AGUASANTA.