30 de julio de 2008

Seguimos progresando

El ministro responsable del área económica nos ha propuesto que para crear riqueza nos traslademos en bicicleta, viajemos en Metro, cambiemos las bombillas, usemos abanico en vez de aire acondicionado y el botijo en vez del frigorífico que son medidas de la modernidad muy progresistas porque con Zapatero y estos políticos seguimos progresando, mucho, y por eso entre las 20 personas más odiadas por los españoles (según una encuesta de El Mundo), hay siete políticos; un notable porcentaje si consideramos que hace cuatro años sólo odiábamos a Arzallus, sólo había un político en los odios de nuestros amores.

Cuatro años después hay siete (7), empezando por Rajoy y terminando por Montilla y Pepiño Blanco. También figuran Ibarreche, Zapatero, Carold Rovira e incluso Solbes que hasta ahora lo
considerábamos algo así como el abuelito de Heidi. Pues esto es lo que hay (según las encuestas), y en cuestión de odios me temo que nadie miente, por lo que ahora ya no le hacemos la trompetilla al guardia de la porra, sino a nuestros políticos. O nos bajamos los pantalones para enseñarles el culo o nos sentamos en el camino para enseñarle el chichi al autobús electoral. Según.

Y a uno le extraña que en ese particular baremo de odios no aparezca la suegra, los árbitros, el jefe, la mujer o el marido, que siempre han sido los predilectos de nuestros odios y nuestros afanes. Es que vamos progresando, el país se moderniza y ahora, como es natural, se odia a los políticos que es lo que suele ocurrir en las democracias más avanzadas, mientras Zapatero, los sindicatos y los empresarios escenifican su paripé para "frenar la crisis" y los bancos se desenfrenan con ella y siguen ganando más que nunca, pese a la crisis. O gracias a ella. Gracias zapatero. Eres mi héroe.

6 comentarios:

  1. Y a mí, que voy caminando a todas partes, ¿me regalarán cuatro bombillas en vez de dos? Porque tendré más derecho, ¿no? Que además soy mujer... claro, que heterosexual... igual de ahí me restan algo...
    Los políticos son lo peor de lo peor, he tenido ocasión de conocer a muchos de cerca. En lo personal se libra un par pero el resto... Auténtica basura.

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  2. No conoceis a mi suegra..... si no, ya os agarrábais como a clavo ardiendo a los odios de toda la vida.

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  3. En política se mete gente mediocre que no ha logrado triunfar en su vida profesional (al menos en España). Dicen que es por altruismo, etc, pero es mentira, Flamenca. Son unos mediocres vanidosos que no ven otra forma de conseguir el relumbre que jamás conseguirían con sus propias obras y sin el partido.

    Eso es lo que no comprendo, Novicia, que no esté la suegra en la lista y supongo que es porque hemos cambiado mucho o porque no lo han preguntado, que es lo más probable.

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  4. Mi contribución: Y con un poco de barro y una pequeña dosis de habilidad podemos hacer hasta nuestros propios platos y vasos!! Eso sí es progreso y sostenibilidad!!

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  5. Y usar Intener a manivela, que también ahorra mucho. Ya puestos...

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  6. Claro... Ahora yo le propongo al Ministro... no se mueva usted en Mystere, sino en avión de linea. No pida usted al chófer que deje el motor del coche oficial en marcha para que cuando usted entre el coche esté fresquito. O va en Metro. No pongan tanto boato de luces en los edificios oficiales (muchos los ves encendidos a tutiplen de noche). Ponga esas bombillas de bajo consumo en su despacho, en su casa y en La Moncloa. No dé tantas prebendas a las empresas energéticas y oblíguelas a invertir (de verdad) en energías limpias, para que se abaraten. Obligue a los constructores a que hagan casas como Dios manda (ecoeficientes las llaman ahora, o con paredes más gordas, que decía mi abuela) que no precisen de tanto aire acondicionado y tanta calefacción (ganarán algo menos, por lo que usted les brinda que contribuyan algo menos a las campañas de su partido). Ah, sí, y pone usted un servicio público decente de transportes (con buena frecuencia y horarios), unos parking disuasorios y, ¿por qué no? me pone un canon a los coches que entren al centro de las ciudades (como hizo ken Livingstone en Londres) y me incentiva a los que lleven el coche lleno de gente y compartan. De paso, como el Sr. Livingstone, tire de la cisterna sólo cuando cague, pero no cuando mee, y así ahorrará agua. Contribuya usted también a incrementar el PIB... ¡¡¡Y puedo seguir!!!

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