una bandera blanca
que permitiese recoger todos nuestros muertos,
enterrar cada crisantemo,
cada recuerdo,
cada sombra que se cobijó en el aullido"
La sencillez de lo cotidiano, de lo frecuente, convertido en bellas imágenes metafóricas únicas,
irrepetibles, inimitables. Y a eso se le ha llamado siempre "poesía".
"Me muerdes,
te muerdo,
te sé,
me aprendes,
te ato,
me sujetas,
te dejo libre
y te quedas".
que permitiese recoger todos nuestros muertos,
enterrar cada crisantemo,
cada recuerdo,
cada sombra que se cobijó en el aullido"
La sencillez de lo cotidiano, de lo frecuente, convertido en bellas imágenes metafóricas únicas,
irrepetibles, inimitables. Y a eso se le ha llamado siempre "poesía".
"Me muerdes,
te muerdo,
te sé,
me aprendes,
te ato,
me sujetas,
te dejo libre
y te quedas".
El libro está editado por Sial/Fugger Poesía y lo recomiendo (encarecidamente). Aquí dejo un poema de los que más me han gustado porque me ha llegado al alma pues casi todos hemos pasado por ese "te odio porque me dueles/de si te has de ir no vuelvas", cuando "mi boca se hizo alambrada y espino" porque "no quedaban más caminos para andarnos".
Perdí toda esperanza de verte
y los días se hicieron herida.
y los días se hicieron herida.
El laberinto abrigaba los colores del destino
a fuerza de olvido y sombras,
de sobrevivir en otra piel
para soportar el duelo de tus ojos.
Luego inventé para ti otros nombres
en un silabario de venganzas;
no hubo pacto para tu ausencia,
mi boca se hizo alambrada y espino.
No quedaban más caminos para andarnos,
sólo tapizaba la hiedra desesperada
los viejos quizás.
A tu vuelta
era yo una muralla de espuelas.
Cada palabra tuya, puñal en mis manos.
cada mirada, sabor a ofensa.
Eran días de luz y desasosiego
de te odio porque me dueles
de si te has de ir, no vuelvas.
Preparé una tregua en la víscera al acecho,
una bandera blanca
que permitiese recoger todos nuestros muertos,
enterrar cada crisantemo.
cada recuerdo,
cada sombra que se cobijó en el aullido.
Y regresaste altivo,
guerrero reclamando lo que es tuyo,
pero ya nada era tuyo, mi capitán.
Nada hubo entre tus manos
mientras yo no quise.
Incrédulo era mi paso,
incrédulas mis tripas,
aunque tu boca entonase
un alto el fuego para reconstruirnos.
Y entonces, no sé cómo
-nunca se sabe cómo-
se deshizo el conjuro precioso
y de mis ojos llovió,
otra vez,
tu nombre.
Pura Salceda - Ma@ares online - Sial/Fugger Poesía
a fuerza de olvido y sombras,
de sobrevivir en otra piel
para soportar el duelo de tus ojos.
Luego inventé para ti otros nombres
en un silabario de venganzas;
no hubo pacto para tu ausencia,
mi boca se hizo alambrada y espino.
No quedaban más caminos para andarnos,
sólo tapizaba la hiedra desesperada
los viejos quizás.
A tu vuelta
era yo una muralla de espuelas.
Cada palabra tuya, puñal en mis manos.
cada mirada, sabor a ofensa.
Eran días de luz y desasosiego
de te odio porque me dueles
de si te has de ir, no vuelvas.
Preparé una tregua en la víscera al acecho,
una bandera blanca
que permitiese recoger todos nuestros muertos,
enterrar cada crisantemo.
cada recuerdo,
cada sombra que se cobijó en el aullido.
Y regresaste altivo,
guerrero reclamando lo que es tuyo,
pero ya nada era tuyo, mi capitán.
Nada hubo entre tus manos
mientras yo no quise.
Incrédulo era mi paso,
incrédulas mis tripas,
aunque tu boca entonase
un alto el fuego para reconstruirnos.
Y entonces, no sé cómo
-nunca se sabe cómo-
se deshizo el conjuro precioso
y de mis ojos llovió,
otra vez,
tu nombre.
Pura Salceda - Ma@ares online - Sial/Fugger Poesía
Tienes razón, Antonio; los versos de PS en sus m@res online son una pura delicia. Cada vez da más de si.
ResponderEliminarEl libro tuve la inmensa fortuna de recibirlo de sus manos en la pasada feria del libro de Madrid; cada vez está más guapa.
A mí me parece que cada vez escribe mejor, Enrique, va puliendo su estilo y creando uno muy personal que ya es su seña de identidad. Si cojes un poema suyo, sin leer su firma, sabes que es de ella y eso sólo pasa con los grandes.
ResponderEliminarVoy a buscar ese libro... Los versos que has reproducido me han llegado hasta el fondo y han removido todo. Eso, amigo, es la Poesía.
ResponderEliminarTe lo recomiento, Emilio. Todo en él es bueno y además hermoso, muy hermoso.
ResponderEliminarPerfecto, se puede escribir volcando el alma o volcando las vísceras (eso si, corazon incluido), y eso creo que hace esta escritora, por eso nos podemos apicar el cuento y sentir lo que dice, quien no haya sentido....no ha vivido- Besos, me alegro de leerte de nuevo. Reyes
ResponderEliminarHe vuelto por vosotros, Reyes, por gente como tú y por gente como CCC.
ResponderEliminarhttp://contribuyentecabreado.blogspot.com/2008/07/homenaje-aefemarn.html
Pero tienes razón en lo que dices de Pura. Es que eso nos ha pasado a todos pero ella lo convierte en poesía, y ahí está el genio.
Muchas gracias Antonio y también a todos por vuestros comentarios. Me siento muy afortunada.
ResponderEliminarbesos
Confieso que no soy muy aficionada a la poesía y me siento un poco acomplejada aquí, pero nunca es tarde para introducirse y descubrir cosas nuevas.
ResponderEliminarAsí que tomo nota también como Emilio y me haré con el libro.
Gracias por descubrirme a Pura Salceda
Un beso
Gracias a ti, Pura, por tu amistad. Y por haberme dedicado un poema en tu anterior libro. Y por leerme. Y por ser tan buena amiga.
ResponderEliminarY a ti Novicia, espero que te guste el libro y sé que te gustará. Lo intuyo. Yo tampoco era muy aplicado con la poesía y sólo atendía a Lorca, Neruda, Miguel Hernández, Salinas y los demás clásicos, incluidos Quevedo y san Juan de la Cruz, hasta que descubrí a Pura. Nunca es tarde.