3 de septiembre de 2007

¿Monarquía o República?

Los jubilados de Cieza que se sientan a tomar el fresco en el Paseo, suelen comentar que “ojalá hubieran elecciones todos los años” porque saben y tienen ciencia cierta de que en tiempo de melones, digo de elecciones, los políticos echan mano de sus recursos ideológicos y dialécticos, y suben las pensiones. El muchacho de León lo ha hecho siguiendo el protocolo. Y me alegro.
Pero lo que me tiene absorbido el sexo no son las pensiones, que también, sino que el diario británico The Times haya resaltado la pérdida de popularidad de la monarquía en España, consultando para ello a Carold Rovira y al senador del PNV Anasagasti. Todo un ejemplo de prensa "de calidad" que contrasta la información y no consulta ni tan siquiera con las encuestas del CIS para saber qué opinan los españoles. Es como decir que el Real Madrid pierde popularidad tras realizar una
encuesta entre las peñas del Barcelona.
Así que no hago mucho caso al “prestigioso” Times (en el que mangonea Aznar, por cierto) aunque sí creo que deberían mirar la paja en su propio ojo y echarle un vistazo a su propia monarquía, la británica, que a mí siempre me ha parecido una patulea de fantoches tipo Beckham, vestidos por Benny Hill. No soy monárquico, ni republicano, ni quito ni pongo rey, sólo me ayudo a mí mismo, mi señor, pero la cuestión no es esa; la cuestión es que uno se imagina a Llamazares, Aznar, Juan José Millás, Maruja Torres, Anasagasti, Jiménez Losantos, Zapatero, Ibarreche o Carol Rovira de presidentes de la República y me da un síncope.
Estos palurdos no me representan a mí en el extranjero, por muy democrática que sea la República y aunque ellos sean su presidente. Tendrán toda la legitimidad democrática que quieran para decir en el exterior que me representan a mí como español, pero yo tengo toda la legitimidad democrática que me da la gana para decir en el extranjero que no soy español, que no conozco a ningún español y que ni tan siquiera he pasado por aquí. Es más, que no sé dónde está España, ni la madre que la parió. Así que lo siento, pero prefiero lo malo conocido que al menos me representa bien y no hace el ridículo. Otra vez será.

5 comentarios:

  1. Me confieso monárquico, por historia y por estética. Pero crítico, eso que quede claro.
    Considero que hay "razón histórica" para que exista monarquía, siempre que esta sea "útil", sirva de ejemplar representación y de símbolo de unión. Repito, siempre que su comportamiento sea el más ejemplar.
    Entiendo (y yo también lo pienso) que la monarquía no asienta sus principios en el sistema democrático, y que es difícil de argumentar por qué unos individuos por el mero hecho de su nacimiento o sangre disponen de numerosos privilegios. Esos privilegios sólo se pueden tolerar cuando son compensados con el mismo orden de deberes.
    Eso si, miro a mi alrededor y observo ejemplos varios de cómo ese privilegio de cuna también existe en nuestro nivel...
    Recuerdo también que nuestra monarquía actual es constitucional, al ser regulada en nuestra ley superior.
    Tema harto discutible en todo caso, máxime cuando además nuestro Rey actual, tan simpático, fue designado por...Franco, saltándose la línea sucesoria. Línea en la que se asienta mucho, muchísimo, de su legitimidad.
    En todo caso, viendo el nivel de los políticos, tiemblo al pensar en un presidente de la República, eso si, elegido en las urnas.
    (Al final le voy a tomar el gusto a la república...)

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  2. Me confieso monárquico... inglés. Creo que la dignidad y contención que tienen deberían ser un ejemplo para sus homólogos españoles. ¿Qué han tenido escándalos? Bastantes menos que los de la monarquia española si la dócil prensa hispana y los subditos nacionales abrieran un poquito los ojos. Es lamentable ver a cronistas falderos doblar el espinazo ante la familia real española y reirse sin pudor de la inglesa. Aquí, como siempre, somos muy valientes con los muertos o con los que estan lejos...

    Por cierto, entre los aspirantes a presidentes de la república te ha faltado algún miembro de la secta prisoica. Mas miedo me daría a mi un Iñaki Gabilondo o un Boris Izaguirre, gente que con tal de servir a su señor (ahora muerto) pasaría por encima de cualquier español.

    Saludos.

    Tyler

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  3. Están Juan José Millás y Maruja Torres,de la secta. Y discrepo contigo, porque me parece que el comportamiento de la monarquía española no tiene absolutamente nada que ver con la británica que es fastuosa, pretenciosa y ridícula. De chiste.

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  4. Disiento con usted, creo que los nuestros son, al menos, igual de fastuosos, pretenciosos o ridículos... pero no se cuenta.

    Eso sí, hoy parece que va a desvelarse que nuestra querida infanta se separa de su marido.

    Profetizo, como mi querido Rappel, que en unos años su querida Leticia (perdón, Letizia) se convertirá en una nueva Princesa del Pueblo como Lady Di.

    Tyler.

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