5 de enero de 2014

Vibraciones

Los Reyes Magos podrían traernos el despertador plano llamado Little Rooster que la chica programa, se pone debajo de la braguita y al día siguiente la despierta con el placer de la vibración. Se vende por Internet en varios colores, a juego con la lencería, para que ellas digan «¡buenos días! con una sonrisa de oreja a oreja», según el inventor.

Un acierto de mucho provecho para ellas, pero que parece que está más pensado para la comodidad de los chicos que no quieren currárselo. Se está perdiendo las buenas costumbres. Y el romanticismo de despertarla a lengüetadas, que yo no sé a dónde vamos a ir a parar. Un sindiós.

Como que la luz vuelva a subir una vez más por el ‘déficit de tarifa’ que es como el coco. «Cómete las lentejas o llamo al déficit de tarifa», le diremos a los niños. Porque este déficit es como el punto G femenino, pero sin darte el gustazo. Imposible descifrarlo y encontrarlo como no metas el dedo en los adentros.


En la electricidad no podemos meterlo porque da calambre ya que este déficit ha servido al Gobierno para ocultar al consumidor el valor real de la luz una vez aplicados los costes regulados que incluyen la moratoria nuclear, el sobrecoste de llevar la luz a Canarias y Baleares, la subvención al carbón y la ayuda a las renovables como la solar y la eólica que se comen el 60% del total del recibo.

El Gobierno posterga esta subida por motivos electorales y el déficit aumenta año tras año (lo acaba de hacer Rajoy); aunque habría que seguir pagándolo si las empresas fueran nacionalizadas porque hay que amortizar que no se instalen centrales nucleares por el peligro que representan, pese a que las francesas están cerca de la frontera y si hubiera un accidente la radiación llegaría a Cieza. Nos podríamos contaminar igual que los franceses, pero pagamos más para ser antinucleares, que viste mucho.

Luego apoquinamos las primas al carbón cuya producción tampoco da beneficios y por tanto se subvenciona a las empresas para que mantengan los puestos de trabajo. Y también pagamos las energías renovables que son carísimas de instalar y también se subvencionan porque si no, nadie las pondría. Y todo ella va al recibo.

Tenemos una de la energía más cara de Europa pero somos antinucleares, mantenemos industrias del carbón deficitarias y pagamos muy cara la instalación de la energía solar y eólica porque ‘semos’ muy modernos, muy chachi pirulis, aunque 1,4 millones de hogares hayan sufrido cortes de luz en 2012 por no poder pagarla, mientras las grandes empresas ganan dinero en la parte no regulada del recibo.

Quizás porque ningún político se ha atrevido con las subastas de energía ya que algunos ex-ministros como González (PSOE), Aznar (PP), Pedro Solbes (PSOE), Luis de Guindos (PP), Elena Salgado (PSOE), Ángel Acebes (PP) o Narcis Serra (PSOE) han sido o son consejeros de las eléctricas. Y se conoce que prefieren comprar el despertador-vibrador a los franceses, los empresarios del carbón y las renovables para que vibren y les haga el trabajo todas las mañanas.

Columna publicada en el periódico El Mirador de Cieza. 

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