Los expertos aseguran que trabajar en lo que te gusta es primordial para ser feliz porque te diviertes y encima te pagan por hacerlo. Supongo que ahora mi madre (y los padres de mis ex-novias), comprenderán por qué yo siempre he querido ser dependiente de una lencería de señoras. Es genuina vocación profesional.
Y además te pueden contratar en el PP ya que se han gastado 17.000 pesetas en lencería, según las cuentas auditadas. Un dinero público bien empleado porque a alguna diputada le puede urgir un polvo de media mañana. Ese que se echa cuando sales de la oficina a almorzar y te desvías al hotel con la hija del jefe. Un suponer.
Eso dicen los que gallean por barras y esquinas pues servidor es cándido y virginal y no hace esas cochinadas como no sea por una causa noble, es decir, por amor. O por dinero. Como Pedro J., el de El Mundo, que después de llevar los papeles de Bárcenas al juzgado en la mochila de Vallecas, ha convalidado nuestros barruntos y recelos.
El 1 de junio escribíamos aquí: «A Rajoy lo quieren liquidar tanto Aznar como la Aguirre y Pedro J (el del El Mundo), porque parece que el gallego le hace más caso a Merkel que a ellos. Y eso sí que no. Le exigen que convoque un congreso extraordinario para entronizar a Esperanza Aguirre».
Un mes y medio después el ‘Woodward de Alcobendas’ lleva al juez los papeles de un corrupto encarcelado que ha atesorado 48,2 millones en Suiza y que nos da su ‘palabrita del niño Jesús’ de que son veraces. Si la acusación es cierta, con pruebas periciales fehacientes (y no escritos en tarjetones y servilletas), el asunto es grave porque Rajoy ha mentido, es obvio, pero si nos ponemos así de concienzudos hemos de recordar que Felipe González también mintió sobre los GAL y Aznar sobre la guerra de Irak. Y ninguno dimitió.
Entre asesinar inocentes, conducirnos a una guerra ilegal o llevarse unas pesetillas de sobresueldo, Rajoy parece el más inocente, por memo, pues ganaría mucho más en el Registro de la Propiedad que en la política. Si se ha dejado pringar por unas pesetillas es que es imbécil y no se merece ser presidente del Gobierno de España. O sí. Probablemente sea el más indicado.
Bárcenas ha confirmado en su 11ª declaración ante el juez que esta vez los papeles son de verdad, no de mentirijillas, «te lo juro por Snoopy», por lo que ya tenemos su verdad o su mentira, sobre papel timbrado.
Rajoy debería presentar en el Parlamento una ‘cuestión de confianza’. Urgente. Obligaría a su partido a pronunciarse. Si pierde se va, como quieren algunos. Y si gana tanto Esperanza Kirchner, como Aznarín y Pedro J. Bárcenas comprenderán que los presidentes se cambian en las urnas y no asediando el Parlamento o en los tribunales populares. Queremos saber la verdad (judicial), pero no ser redimidos por ningún correveidile salvapatrias con tirantes. No somos niños y no necesitamos tacatá democrático, sino trabajar vocacionalmente en una lencería de señoras.
Columna publicada en el periódico El Mirador de Cieza.
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