13 de agosto de 2011

Cuñas

Han vuelto las cuñas en los zapatos. !Yupiiiii! Porque «la prominencia del trasero aumenta un 25% con los tacones», según testimonia la chica de la serie Bones. Así que ya queda resuelto el misterio porque uno creía que ellas se los calzaban para llegar a la parte de arriba de los armarios.

Eso son cuentos chinos, como los de Stephen Hawking, cuando proclama que “el cielo es un cuento de hadas para los que le tienen miedo a la muerte». Hawking es ese científico que cree en unos extraterrestres que quieren colonizarnos. Qué miedo, tú. Pero con esos mismos excipientes también podríamos afearle que la Ciencia es una ‘ficción’ para los que le tienen miedo a la vida y se refugian en marcianitos y viajes en el tiempo.

No creen en un Dios que ha ‘bajado’ a la Tierra y ha saludado al personal (Jesucristo), pero sí en unos hombrecillos verdes que juegan al escondite en platillos

volantes con luces de colores. El cielo, es el cielo, para Dostoievski, Pitágoras, El Greco, Bach, Cervantes, Quevedo, Montaigne, John Ford o Gaudí, entre muchos otros, que creían en los ‘cuentos de hadas’.

Y para los fieles que asistirán a la visita del Papa, al que le doy mi más educada bienvenida tal y como también hizo el comunista Fidel Castro en su visita a Cuba, donde nadie se manifestó en su contra. O para los fieles que acudirán al jubileo del San Cristo en Cieza. O para los que acuden a la nueva iglesia de Santa Clara que es una fenomenal obra de arte de varios artistas; aunque el reino de dentro no sea de este mundo y el de fuera parezca una ficción en la que los listos se inventan agujeros de gusanos, teorías de cuerdas y dimensiones a punta pala con objeto de que les ajusten los balances. Empezaron con 3 dimensiones, pero ya van por la 11. Parecen ex-consejeros de la CAM.

Luego se quejan de las dimensiones artísticas de la puerta de la nueva iglesia (de José Lucas), cuando es el genial reflejo de la finita condición humana que queda en ella esclafada, estampada y depurada, para elevarla límpida hacía lo divino e infinito. Es probable que lo del cielo sea un cuento de hadas, es cuestión de fe, pero la inquietud ante la muerte es natural (excepto para los borrachos que circulan en dirección contraria), porque hasta el ateo Sartre nos dejó dicho en la Náusea que «dentro de un año tan vacío como hoy y cobarde frente a la muerte». Mucho más realista.

Como el neorrelaismo hispánico de las clases medias que rebuscan por la noche en los contenedores de basura pues les da vergüenza acudir a los comedores de Cáritas. Se quedan fuera, estampillados por la soberbia, como ese hidalgo venido a menos del Lazarillo que se ponía migas de pan en los bigotes para alardear de que había comido.

Deberíamos pues darles cita con el multimillonario ateo dueño de Público que usa el dinero «como praxis política marxista» y ofrece en la Sexta unos videos de lucha de clases en los que «María Lapiedra se somete a los caprichos de Dinio». Con tacones, que no son para alcanzar las alacenas (como ha quedado probado), sino para otras cuestiones más metafísicas.

Columna publica en el periódico El Mirador de Cieza

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