10 de julio de 2011

Bienestar

Hace algunos años, y por estas precisas fechas, lucíamos moreno playero del Estado del Bienestar y nadie la piaba, todo era barra libre y vacaciones a crédito atadas con longaniza. Pero de pronto nos embargó la crisis y nos hemos quedado al raso pues Jimmy Zapatero Carter nos deja a uno de cada cuatro españoles en riesgo de pobreza (según el CES), mientras Holanda, Austria, Dinamarca o Alemania ya han superado la depresión pues tomaron medidas hace 4 años, pese a los especuladores, y ahora se vienen a España a veranear tan ricamente (un 7% más).

Rubalcaba (llámame Matusalén), ha acusado a los bancos de la crisis por conceder “créditos fáciles”. Y tiene razón. Te los daban en un periquete y por teléfono, pues hasta los cacareaban en la tele. Porque los bancos son siempre mu’ malos: O bien no te daban dinero sin aval

como antes de la crisis (y nos quejábamos), o lo daban luego a porrillo, y sin aval (y también nos quejamos). ‘La culpa es de los bancos’ repiten los ‘maeremías’, pero las cajas son una obra social (no tienen accionistas) y sin embargo son el verdadero pufo financiero.

Zapatero es ya una caricatura dibujada por la apisonadora de la realidad pues fue él quien negó la crisis, prometió pleno empleo y se ufanó de que nuestra banca «era de las más saneada del mundo». Ahora la culpa de las púas son de los mercados, el Papa y el malvado Sauron. O de Vergara del CCCi, al que todos llaman ‘grupo mixto’ (Vergara y Vergaro), con tal de no citarlo y censurarlo. Debe dar calambre. O cagalera (Hölderlin).

«La economía debe de estar al servicio de las personas y no al revés», es cierto, pero todos metemos la nómina o la pensión en los bancos (o cajas), y buscamos uno que nos dé un interés más alto. Y si es posible un televisor y una vajilla. Y si otro banco nos da más interés y una cubertería para la boda de la niña, cambiamos de banco buscando esa mayor rentabilidad, aunque ellos inviertan en ladrillos, hipotecas y burbujas.

A uno le gusta lo que piden los chicos ‘indignados’ de la izquierda rosicler, pero no se presentan a las elecciones (como Bildu), y no puedes votarlos. Son como una vaca que sabe latín, pero no lo pronuncia. Y entonces quizás deberíamos promulgar una manifestocracia en la que las leyes se aprueben por 3 manifestaciones a 1. Y sin partido de vuelta.

Todo muy novedoso en esta sociedad del Bienestar en la que hasta para nacer tienes que pedir la venia no vaya a ocurrir que tu injerencia moleste a los que les da fatiga comprar condones en la máquina de la esquina. Una sociedad biempensante en la que te exprimirán luego indignamente de por vida hasta que ya no produzcas y te facturen a la muerte, dignamente, como a los cerdos a los que se les da ketamina para que vayan al matadero sedados, dignos y en correcta fila india. El hombre nace, caga y muere, enmendando a Unamuno.
Así que uno también se indigna en este secarral de valores derrochadores y entrampados de Teddys Bautistas golfos y horteras. Más horteras que las muletas del rey que llevan bocina e intermitentes. El Estado del Bienestar, vamos.

Columna publicada en el Semanario El Mirador de Cieza.

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