Qué ojos tienes hija. Sólo tengo ojos para tus ojos. Precisos, de una profundidad abisal (¿se dice así?) Supongo que será abisal porque yo nunca he buceado en los ojos de nadie, pero por ahí debe de ir la cuestión. Unos ojos precisos, ya te digo.
Chicos, chicas, la belleza está en el interior. Es lo que siempre se ha dicho y yo estoy de acuerdo..........En el interior..........Empiezas a desvestirles de todo lo exterior y SIN LLEGAR AL MEOLLO DE LA DESNUDEZ (porque entonces hay pocas que resistan la prueba), ahí la tienes, a la belleza pura y espero que dura que con tanto ahínco buscamos en la mujer. En el hombre supongo que hay poco que rascar; eso no quita para que cualquier artista escultor nos diga que a pesar de lo que se pueda pensar, un hombre desnudo es más interesante que una jembra, sea cordobesa o ucraniana. Es una opinión que a mí nunca me ha llegao al fondo, porque cuando paso del exterior al interior -allí donde reside la belleza- el ánimo se me enerva, las manos se me disparan y la arcilla que contemplo la veo con vocación de ser horadada y estrujada -¿o es al revés?- hasta hacerla irreconocible. Pero ¡ah, los años! cuando ambos congéneres atravesamos el calendario de los 50, las xicas aún guardan joyas que un buen degustador del sexo todavía puede apreciar. ¿Los machotes? a esas alturas del cuerpo y del tiempo los mástiles se resisten a aguantar el peso de la bandera, la cual izamos con más voluntad que éxito, con más esfuerzo que resultado, anticiclónica por subsidiencia y con pocas incógnitas a despejar. Pero todo tiene solución en este mundo. Un vecino mío mayor que yo salió una mañana todo empepinado y con la tienda alzada; se había puesto de Viagra hasta las narices y decía que no había manera de quitarse de encima ni la calentura del porrón ni a la dichosa de su mujer. Aquella anécdota me dio valor para afrontar el futuro
Chicos, chicas, la belleza está en el interior. Es lo que siempre se ha dicho y yo estoy de acuerdo..........En el interior..........Empiezas a desvestirles de todo lo exterior y SIN LLEGAR AL MEOLLO DE LA DESNUDEZ (porque entonces hay pocas que resistan la prueba), ahí la tienes, a la belleza pura y espero que dura que con tanto ahínco buscamos en la mujer.
ResponderEliminarEn el hombre supongo que hay poco que rascar; eso no quita para que cualquier artista escultor nos diga que a pesar de lo que se pueda pensar, un hombre desnudo es más interesante que una jembra, sea cordobesa o ucraniana.
Es una opinión que a mí nunca me ha llegao al fondo, porque cuando paso del exterior al interior -allí donde reside la belleza- el ánimo se me enerva, las manos se me disparan y la arcilla que contemplo la veo con vocación de ser horadada y estrujada -¿o es al revés?- hasta hacerla irreconocible.
Pero ¡ah, los años! cuando ambos congéneres atravesamos el calendario de los 50, las xicas aún guardan joyas que un buen degustador del sexo todavía puede apreciar.
¿Los machotes? a esas alturas del cuerpo y del tiempo los mástiles se resisten a aguantar el peso de la bandera, la cual izamos con más voluntad que éxito, con más esfuerzo que resultado, anticiclónica por subsidiencia y con pocas incógnitas a despejar.
Pero todo tiene solución en este mundo. Un vecino mío mayor que yo salió una mañana todo empepinado y con la tienda alzada; se había puesto de Viagra hasta las narices y decía que no había manera de quitarse de encima ni la calentura del porrón ni a la dichosa de su mujer.
Aquella anécdota me dio valor para afrontar el futuro
Cuánta razón tienes.
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