"Si su hijo tuviera un error, ¿pedirías cárcel para él otra oportunidad?", se preguntaba ayer el presidente de la Comisión de la Ley del menor del CGPJ. Pues depende, sabe usted, qué quiere que le diga, porque si mi hijo tuviera un error, con su hija, le daría otra oportunidad y también quisiera que usted le diera otra oportunidad a mi hijo, aunque le hubiera preñado a su hija (y no hablo de violación, que conste)
Pero no lo sé, ya le digo, porque a mí jamás me han dado otra oportunidad. No me dieron otra oportunidad en el colegio tras expulsarme por caérseme siempre el lápiz al suelo en presencia de la profesora más estupenda. Ni me dieron otra oportunidad después de
expulsarme del Instituto por querer tirarle una silla al profesor de Física para demostrarle, empíricamente, que Newton tenía razón.
Y lo malo, querido Antonio, es que a muchos se les da una oportunidad y no saben aprovecharla.
ResponderEliminarQué vida más injusta, rediez...
Dímelo a mí, Enrique...
ResponderEliminarjejej es que hay segundas oportunidades y segundas jajjaaj que pedis mucho, besitos dulces
ResponderEliminarTiendo a creer en la bondad del ser humano y, contradiciendo los de Thomas Hobbes, reivindico esa segunda oportunidad.
ResponderEliminarNo creo que el hombre sea un lobo para el propio hombre, Ángel, sino que el hombre es un lobo para la mujer. Y viceversa.
ResponderEliminarPero bromas aparte, el post va de cachondeo porque el licenciado, el político, en vez de razonar recurre a los sentimientos para justificar una ley. ¿Quién es el cruel no le da una segunda oportunidad a su propio hijo? Pues muchos que echan a sus hijos de casa después de pegarles palizas a sus padres, por ejemplo. No se puede ser demagogo con las cosas seria.
Pasión: Yo a ti te daba todas las segundas oportunidades. Y las terceras.
Si se puede dar una segunda oportunidad, no se puede negar la tercera, ni la cuarta, ni la quinta... y así sucesivamente hasta convertir esto cada día más en una selva.
ResponderEliminarClaro que, depende de la gravedad del hecho. Y ahí viene el conocimiento y la capacidad de separar unas cosas de otras del juez o jueza. Y no dejarse llevar por los sentimientos, cosa muy común por estos días y que no deja pensar con toda claridad. ¡Ay los sentimientos!
Juan.
Todo el mundo se merece una segunda oportunidad y de hecho la tienes porque cuando cumples condena tienes la oportunidad de no volver. Todo el mundo se merece una segunda oportunidad, mientras no nos maten a nuestra hija porque entonces queremos cárcel, como le pasó a la madre de Sandra Palo, por ejemplo. O a los padres de la niña de Huelva. Porque no sé si el monstruo de Austria se merece otra oportunidad, pero si se la dan que sea aleja de sus hijas.
ResponderEliminarO que me den una oportunidad a mí, si no pago a Hacienda y me pillan... ¿o para eos no hay oportunidades?
ResponderEliminarTyler Durden
Tyler, Hacienda te da esa segunda oportunidad, pero con recargo y apremio.
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