- Le imploro que me deje en manos de Madame Augusta.
- Gilbert me ha confiado órdenes muy precisas; tendrás que acatarlas escrupulosamente.
- Las acataré con humildad.
- Mañana por la mañana, cuando despiertes, solicitarás un castigo, después del cual Madame Augusta te comunicará el reglamento, que irá perfeccionándose según tu evolución diaria. ¿Te parece bien?
- Le oiré informando a medida que progrese.
En cuanto me despierto, me arrodillo junto a mi camastro y solicito con insistencia que me abofeteen. Entonces, Madame Augusta me inflige seis pares de enérgicas bofetadas, pero no brutales. Las recibo con los ojos cerrados y las mejillas hinchadas.
Beacul – S.G. Clo'zen (seudónimo de mujer)
Colección "La Sonrisa vertical" – TusQuets editores.
Pues duro el castigo, no me gustan ese tipo de castigos, tengo los mios propios mas divertidos para ambos, aunque a lo mejor el nombre castigo no es el apropiado, quien sabe..
ResponderEliminarBesitosss
Los tuyos no son castigos, sino delicias sabrosas.
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