19 de septiembre de 2007

Analfabetos (son): Manual de instrucciones

El presidente del Gobierno ha mandado el recado para que se retire un anuncio de una compañía aérea en el que figuraba su foto y un bocadillo con un texto que aludía a que las ofertas de la compañía eran mejores que su ganga de ofrecer 2.500 euros por niño recién nacido. Al muchacho de León le ha molestado la gracia y ha dado orden a sus rodrigones para que lo retiren, lo que la compañía ha hecho inmediatamente. En la Moncloa dicen que aunque reconocen que la campaña no es ofensiva, “no les parece adecuado el uso de la imagen del presidente”. Y el anuncio no se verá más, palabrica del niño Jesús. A sus órdenes, mi sargento.
Y a uno le parece muy bien que se proteja la imagen del presidente, la de un fontanero, la de un bailarín o la de las putas de La Moraleja porque todos tenemos “derechos de imagen” menos los religiosos, por lo visto, ya que en la exposición “Dios (es) : Modos de empleo” (que avala el Gobierno), se dicen que todas las religiones son
pacíficas, menos las monoteísta que propagan la guerra y la violencia. Como suena. Acusan de violencia y asesinato a los creyentes monoteistas, porque se conoce que los aztecas, los mayas y el Imperio Romano, por ejemplo, que era politeístas, no provocaron guerras porque sólo eran unos pacíficos excursionistas que iban recorriendo el mundo con su mochila y se encontraron con un Imperio. Les tocó en una tómbola y no pudieron rechazarlo. “Analfabetos (son): Manual de Instrucciones”, podría titular yo otra exposición.
Y si no recuerdo mal, fue el Papa el que primero se opuso a la guerra de Irak enfrentándose a los Estados Unidos antes que nadie y amenazándolos con que esa guerra era un ataque contra la humanidad que no tenía perdón de Dios. Así que estos son los analfabetos que quieren educar a los hijos de los demás, ya digo, porque piensa el ladrón que todos de su condición y además se olvidan de otra posible exposición: “Laicos (son): Modos de empleo” en la que podríamos presentar las matanzas de asesinos como Stalin (laico), Idi Amin Dada (laico), Pol Pot (laico), Ceausescu (laico), Mao (laico), Mengistu (laico), Honecker (laico), Hoxha (laico), Duvalier (laico), Kim Jong-I1 (laico), Hitler (laico), etcétera, es decir, 100 millones de muertos más que la Inquisición y todavía no han perdido perdón como ha hecho la Iglesia. Pero aquí no pasa nada, pelillos a la mar, y yo no sé si es que son cínicos o sencillamente analfabetos (son), con manual de instrucciones en tailandés.

10 comentarios:

  1. Si la imagen es la de ZP, pues hay que protegerlo; pero si la imagen es la del Rey quemada por unos energúmenos pues no pasa nada de nada pues hay que tener talante con un pueblo y una población oprimida...
    Yo se donde está la exposición que tú comentas "Analfabetos (son): manual de instrucciones". Es en el Palacio de la Moncloa y puedes encontrar numerosos especímenes.
    Rafa.

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  2. Es el caso de la doble moral de siempre, pero que los hipócritas no ven nada más que en ojo ajeno.

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  3. Ni pedirán perdón jamás, ni ningún "progresista" irá a manifestaciones para reclamarles nada.

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  4. Es cierto Pura, pero lo más grave es que ni se dan cuenta de su hipocresía. No son cínicos, sino cegatos.

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  5. pues ya iba siendo hora que un papa condenase una guerra, porque despues de las cruzadas,la reconquista, la contrarreforma, las guerras de religión, la conquista de america, la vuelta del antiguo regimen, el apoyo a "cruzadas" nacional catolicas o a regimenes nazis, la verdad es que tampoco se queda manca en cuanto a muertos....y para una religion que predica el amor entre semejantes y el poner otra mejilla...pues tampoco esta mal.....como tengan que pedir perdon por todo lo que han hecho, en los proximos veinte siglos no les va a quedar mucho tiempo sobrante para hacer otra cosa.....

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  6. Lo que es cierto es que en la España republicana la matanza de católicos (y sólo de católicos, porque las iglesias y pastores protestantes no fueron tocados) no tuvo por finalidad castigar a hombres específicos y sus presuntas culpas. Constituyó un intento de hacer desaparecer a la Iglesia misma. Como escribe el historiador de izquierdas Hugh Thomas: «Nunca en la historia de Europa y quizá en la del mundo, se había visto un odio tan encarnizado hacia la religión y sus hombres.» Y, para citar a otro estudioso fuera de sospecha y, además, testigo directo, como Salvador de Madariaga (antifranquista convencido, partidario del gobierno republicano y exiliado después de la derrota): «Nadie que tenga buena fe y buena información puede negar los horrores de aquella persecución: durante años, bastó únicamente el hecho de ser católico para merecer la pena de muerte, infligida a menudo en las formas más atroces.»

    Hubo casos como el del párroco de Navalmoral, sometido al mismo suplicio que Jesús, comenzando por la flagelación y la corona de espinas hasta llegar a la crucifixión, en el que el martirizado también se comportó como Cristo, bendiciendo y perdonando a los milicianos anarquistas y comunistas que lo atormentaban. Hubo casos de religiosos a los que encerraron en la plaza de toros y les cortaron las orejas como en las corridas. Hubo casos de cientos de curas y monjas a los que quemaron vivos. A una mujer «culpable» de ser madre de dos jesuitas la ahogaron haciéndole tragar un crucifijo. En un momento dado, en el frente llegó a faltar la gasolina, utilizada con profusión para quemar no sólo a los hombres, sino las obras de arte y las antiguas bibliotecas de la Iglesia, un desastre cultural provocado por un odio ciego hacia la fe. Pero no era la primera vez que se producían hechos similares; lo mismo ocurrió con el vandalismo francés jacobino y con el del Risorgimento italiano.

    Los partidos y movimientos republicanos (comunistas, pero en su mayoría socialistas que se distinguirían más tarde en la guerra como feroces demagogos) que subieron al poder en 1931 favorecieron de inmediato el clima de odio religioso que, en sólo diez días de la insurrección de Asturias de 1934, dio como resultado la matanza de 12 sacerdotes, 7 seminaristas, 18 religiosos y el incendio de 58 iglesias. A partir de julio de 1936, la matanza se generalizó: se dio muerte en las formas más atroces a 4.184 sacerdotes diocesanos (incluyendo seminaris­tas), 2.365 frailes, 283 monjas, 11 obispos, un total de 6.832 víctimas «clericales». Se cuentan por decenas de miles los laicos asesinados por el solo hecho de llevar una medalla religiosa con la imagen de un santo. En ciertas diócesis como la de Barbastro, en Aragón, en un solo año fue eliminado el 88 % del clero diocesano.

    La casa de las salesianas de Madrid fue asaltada e incendiada y las religiosas fueron violadas y apaleadas después de ser acusadas de darles caramelos envenenados a los niños. Los cuerpos de las monjas de clausura fueron exhumados y expuestos en público como escarnio. Se llegó al extremo de recuperar barbaries cartaginesas como la de atar a una persona viva a un cadáver y dejarla al sol, hasta que ambos se pudrieran. En las plazas se fusilaba incluso a las estatuas de los santos y las hostias consagradas eran utilizadas de forma obscena.

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  7. Chapó!

    Pero de esos los cursiprogres que atacan a la Iglesia no saben nada.

    Por cierto, si se pone a pedir perdón todos aquellos que han hecho algo en la Historia contra sus semejantes no tendríamos tiempo suficiente de aquí al juicio final:

    Los ingleses en Norteamerica.
    Los Aztecas y los Mayas con sus hermanos de sangre.
    Los Almogávares catalanes en sus excursiones por Europa.

    Suma y sigue.

    Pero claro, los curas son malísimos....

    Y lo dice un agnóstico...

    Tyler

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  8. Por cierto, que si el Papa (ya va siendo hora) ha pedido perdón y creen que es tarde no veo yo que los cursiprogres y demas subespecies rojeras hayan pedido perdón alguno por los genocidios de Stalin y demás seguidores de la teoría marxista... O que digan algo del querido Fidel que es capaz de meter en la cárcel a alguien por amar a otra persona del mismo sexo. ¡Zerolo esperamos ansiosos!

    Saludos.

    Tyler

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  9. Yo no pretendía defender a la Iglesia, sino criticar que los que más tenían que callar, los herederos ideológicos de los mayores asesinos de la historia (100 millones de muertos) no pueden ir por ahí criticando a los demás y llamando asesinos a los religiosos monoteistas. Tendrían que estar pidiendo perdón pero llaman a los demás lo que ellos han sido. Es el colmo del cinismo. Yo sé que barbaridades se han cometido en todas las ideologías y religiones, pero que los que han cometido muchas de ella vayan dando lecciones colma el vaso de la santidad.
    PD.- La Iglesia ha pedido perdón muchas veces por sus errores. Los otros ni por asomo y encima critican.

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