A un español lo han elegido Míster Mundo, el más guapo del mundo, por lo que ya no sólo exportamos la fregona, el futbolín y el Chupachups, sino que también aportamos la belleza y hemos arrumbado ese arquetipo del español “bajito, cabreado y obsesionado con la muerte”. Y me alegro por él, aunque también le acompaño en el sentimiento porque eso de ser el más guapo del mundo es muy sufrido, aunque él no lo sepa, pues recuerdo que, una vez que fui guapo, me prepusieron ser Míster Mundo y lo rechacé con aspaviento porque cuando eres guapo todas las mujeres quieren follar contigo y eso no hay quien lo aguante. Es muy duro saberte deseado por todas las chicas pues ellas son muy pesadas y no quieren más que sexo. Están todo el día
pensando en lo mismo y sólo quieren llevarte a la cama para follar contigo. Son inmisericordes y crueles. Y si te niegas, se lo dicen a su madres que te hacen la vida imposible por despreciar a sus hijas que, por supuesto, son unos joyas. Y además allí donde vayas te están todas esperando con las bragas en la mano y eso cansa. Una pesadez. O te ven y se bajan los pantalones para enseñarte el tanga como la de la foto de arriba. Un suplicio Así que le acompaño en el sentimiento, pobrecico. No sabe lo que le espera.
A mí me gustaría ser Mister Mundo por un día y el resto escondio en el armario.
ResponderEliminarEs que eso de que todas quieran un hijo tuyo es muy estresante ¿a que sí?
No te lo puedes ni imaginar, Juan. Una barbaridad. Y un agobio.
ResponderEliminarNo me extraña nada que te propusieran ser mister mundo o mister galaxia...
ResponderEliminarA mi lo que no me gustan de los tangas son las etiquetas, desproporcionadas...
El de la foto y donde se asienta, rozando la perfección.
Es que el tanga es para enseñarlo, Enrique, pero de eso no se dan cuenta los fabricantes. Como de tantas otras cosas.
ResponderEliminarGracias, Carlos.Voy a echarle un vistazo a los enlaces.
ResponderEliminarCoincido con Enrique en que hay detalles que pueden arruinarlo todo.
ResponderEliminarLa puta etiqueta rompe la magia. ¿Es que no se darán cuenta los fabricantes?
ResponderEliminarEspero no romper la magia si sugiero que las molestas y enormes etiquetas se pueden cortar y...se acaba con la distracción antiestética, porque al final... si quieres que algo se haga...hazlo tú mismo ( por los fabricantes, más que nada)
ResponderEliminarSaludos
Pues sí, tiene razón. Pero supongo que los fabricantes piensan que el tanga es para dentro y que da igual que se vea o no se vea. No se imaginan que puede ser un juguete erótico, que es un juguete erótico.
ResponderEliminarUn beso.
Muy bonita la braguita y tal, pero escribo para cominucarle al autor que ya me vendió el Entretiempo Manolo -o mejor su hijo Bartolo- de Atalaya, y que por lo que llevo leído, sigue interesándome el buen estilo del autor. Igual cuando termine de merendármelo esta tarde le digo que m'a gustao cosa fina, y que no deje la pluma demasiado tiempo en el tintero, que luego se seca y tal.
ResponderEliminarUn saludo
Pedroluis
Gracias, Pedro Luis. Siempre he contado con tu apoyo sincero y eso me ha hecho seguir adelante. Pero ocurre que todo en la vida tiene su fin, pues inicié el verano pasado un nuevo proyecto que se desarrolla íntegramente en una plaza de pueblo, sin salir de ella, y cuando me puse a releerlo me di cuenta de que me repetía. Que escribo una y otra vez lo mismo. Y eso es pecado. Y grave. Lo he dejado. No sé en el futuro, pero por ahora lo dejo. He estado con estas dos novelas (que son la misma) unos siete años. Encerrado, sin salir y dedicándome a ellas. Ahora tocan otras cosas. Creo que ya he contado que los toros tienen los pases contados (por la izquierda y por la derecha, según me aclaró el otro día mi sevillana amiga Luz), y los novelistas también tiene sus obras contadas. Mi hermana dice que me anime a terminar la trilogía, pero no es cuestión. Quizás dentro de diez años me ponga, peor ahora estoy muy quemado.
ResponderEliminarEn cualquier caso, gracias por tu apoyo, Pedro Luis. Sé que es sincero y eso me alivia de las "pesahombres" de escribir.
El dejar de escribir me parece tan difícil como parar de...ejm....
ResponderEliminarEso se arregla con un buen argumento. Llega un momento en que el subjetivismo en el que estás tan comodamente instalado, deja paso a "otras historias" en las que la imaginación se pone a remedar el guión divino que nos tiene enclaustrados; entonces somos dioses -que es lo que de verdad nos encanta- y podemos hasta rehacer la mismísima Biblia.
Te espero cualquier año de estos.
Saludos
Pedroluis
Por ahora voy a rascarme el ombligo. Y además yo tengo el defecto de que sólo puedo escribir en primera persona y con subjetivismo. El hacerlo en tercera me parece extraño, ajeno y no puedo. No me lo creo yo y si no me lo creo yo difícilmente se lo puede creer el lector. Se puede dejar de escribir, te lo aseguro. Todo eso de que "escribo para vivir" o de que "escribo para no suicidarme" o de que escribo por una "necesidad vital" son excusas de algunos trascendentes que cuelan muy bien en las páginas de Cultura de algunos periódicos. Se escribe cuando se tiene algo nuevo que decir, pero cuando no hay nada nuevo es mejor callarse, antes de que te hagan callar. O al menos eso creo por honradez profesional. Y para no engañar a nadie.
ResponderEliminarPero gracias.
Pedro Luis: No me has dicho el resultado final de la lectura del libro, la opinión final que has sacado de él. Si me haces una crítica, aunque sea mala, te la publico.
ResponderEliminarUn abrazo.
Voy por la página 170 de "Azul y Sombra". veo que te interesa que te demos nuestra opinión sobre el libro así que yo ya te la mandaré al mail. Y si quieres también puedes publicarmela que nunca se sabe si uno se puede convertir en crítico literario (Dios me libre)
ResponderEliminarVenga, Antihéroe. Anímate y te la publico, que a lo mejor eres el mejor crítico.
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