1 de enero de 2007

Año nuevo, vida vieja

Esta mañana de Año Nuevo he salido a tomar café y he visto que por las calles aún coleaban los restos de la Nochevieja; los confetis, máscaras y serpentinas tiradas por el suelo junto a algún vómito, mientras las parejas volvían de la fiesta con chocolate y churros en vasos de plásticos y las pandillas lo hacían alborotadas con las corbatas por la cintura, las medias caídas y los zapatos colgando del cuello. En las cafeterías algunos tíos con los trajes arrugados tomaban los ultimaos cubatas y las niñas se amodorraban sobre los hombros de sus maromos con el maquillaje despintarrajeado por la cara y el confeti por las tetas. La mayoría reflejaban en su actitud una especie de triste melancolía porque la noche se las prometía muy felices y al final, no fue como habían soñado durante todo el año porque el príncipe que te gustaba era en verdad un cerdo y la princesa del cuento una vacaburra. Exactamente igual que el año pasado y que el próximo, aunque más viejos. La vida se repite así misma con la parsimonia de los años, y como una broma de mal gusto.

6 comentarios:

  1. Cierto Antonio, la vida es una broma de mal gusto, y ya me gustaría a mí echarme a la cara al autor de esta grandísima putada, pues le iba a decir que se deje de bromas y nos tenga un poco más de respeto, que no sea tan sádico, coño!
    Te deseo que en el 2007 te afecte lo menos posible la broma.

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  2. Lo que es de mal gusto, Juan, es la repetición que le damos los protagonistas al mismo papel de siempre, porque el autor nos deja libres para que improvisemos y no lo hacemos.

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  3. El autor de esta broma nos utiliza como conejillos de Indias y se refocila contemplando nuestras reacciones. No me convence eso de que Dios nos concedió el libre albedrío y a partir de ahí somos responsables de nuestros actos. Lo primero que debiera haber echo, si fuese tan bondadoso y tan misericordioso, es no poner el árbol del bién y del mal en el paraíso para que sirviera de tentación. Y ¿por qué en un paraiso que, se supone, lo creó para uso y disfrute de Adan y Eva y de todos los animalillos tuvo que poner a la puta serpiente?.
    Eso en toda tierra de nabos se llama sadismo.
    Estamos hablando de un Dios que todo lo sabe, pasado, presente y futuro. Tenía que saber lo que ocurriría, ¿o no?.
    Este cuento seráfico se le debió ocurrir a alguno que estaba harto de vino.

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  4. Pues yo hice una fiesta en mi casa y me pillé una papa tan gorda que ya no pude salir a celbrarlo por ahí. Cosas de la edad (y del whisky). Feliz vida.

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  5. Juan, tú confundes a Dios con Walt Disney.

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  6. Ahora que lo dices admito que pudo ser Walt Disney el creador de esta historia.

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