2 de diciembre de 2006

Los flautistas del Apocalipsis


Un flautista del Apocalipsis de la ONU nos ha anunciado catástrofes y cataclismos si seguimos construyendo chalecitos que no tengan 500 metros cuadrados como el de la socialista vicepresidenta del Gobierno o 10.000 metros cuadrados como el del socialista líder de los cursiprogres de PRISA. Y menos mal que el Parlamento ha aprobado la nueva Ley del Suelo que prevé destinar el 25% del suelo público a viviendas sociales; una iniciativa del Gobierno que uno aplaude y aúpa porque es un encomiable proyecto legislativo que también recoge que
la valoración del suelo se ha de hacer con arreglo a lo que es y no a lo que pueda ser en un futuro; es decir, que si anda como un pato, grazna como un pato y además parece un pato, lo más probable es que sea un pato y no se puede valorar como un cisne porque en el futuro puede allí edificarse. También es encomiable la obligación de expropiar o obligar a vender a aquellos individuos y ciudadanos que retengan tierras para especular. O el aumento del porcentaje que los constructores han de ceder a los ayuntamiento para suelo público que pasa del 10% al 15%. O tramitar como una revisión del plan general de ordenación urbana todo aquel proyecto que implique un aumento de población de más del 20%. Medidas todas ellas muy acertadas, decía, aunque no cambiarán la situación de la vivienda y sus precios mientras el Gobierno de España, digo del Estado español, no recupere las competencias que ahora regentan los nacionalistas y demás yerbas locales para que todos sigamos progresando y no sólo los del Gobierno de izquierdas que progresan muy adecuadamente. Metro a metro.

4 comentarios:

  1. A buenas horas, mangas verdes, cuando ya estan todos forrados. ¿Que las autonosuyas van a devolver al Estado las competencias que le arrancaron al complaciente sonriente? Ja! y Ja!.
    El caserío del Cebrianón es el premio por haber renegado del régimen que le daba de comer:
    La Dictadura.

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  2. La Ley del Suelo vigente, al dar las competencias en materia urbanística a autonomías y ayuntamientos, es el origen de muchos de los males y de mucha de la corrupción reinante en el ladrillo. Y también del Tribunal Constitucional, que voló por los aires el ordenamiento jurídico urbanístico-administrativo al declarar inconstituional la ley anterior. Pero como bien dice Juan, las competencias en materia urbanística dificilmente volverán al gobierno central, antes autonomías y ayuntamientos declaran la revolución (claro, es mucha la pasta en juego).
    Por cierto, el palacio de la foto fue habitado por última vez por Azaña, Presidente de la II República, esa que tanto le mola a ZP. Exiliado el Rey Alfonso XIII (el último monarca que la habitó), ni siquiera Franco quiso vivir allí. Su nombre oficial es Palacio Real, el edifico más importante de Madrid y quizá el mejor palacio de Europa. No se realizó la idea original de Fillipo Juvara, que pretendía edificar un palacio el triple de grande que el actual. Este palacio es obra de Sachetti y Sabatini y Ventura Rodríguez, geniales arquitectos. El primer Rey que lo habitó fue Carlos III, ese gran Rey. Sustituye al Alcázar de los Reyes Castellanos y de los Austrias que se encontraba en ese mismo lugar. Se quemó en la nochebuena de 1.734, al arder unas cortinas en un cuarto de sirvientes parece ser que afectados por el vino. El palacio de los Austrias nunca fue del agrado de los Reyes Borbones, asi que les vino al pelo ese incendio. Lo curioso es su denominación popular, Palacio de Oriente, cuando, en rigor, se encuentra en el occidente de Madrid. Curiosidades de esta villa y corte tan peculiar que son los madriles, mi pueblo.
    Este palacio es actualmente Patrimonio Nacional, y además de ser un magnífico museo (su armería es la mejor del mundo), se encuentra sujeto a las funciones y actividades representativas propias de la Corona (de momento).
    Enrique

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  3. Chapeau! Enrique, sin querer valerme de ninguna redundancia has enrique-cido este blog en el que el pervertido de Antonio nos hace participes de su fetichismo, no sé si con la aviesa intención de pervertirnos también a nosotros, a pesar de que sabe de nuestra militancia en las filas de los virginales donceles.
    Excelente lección de historia Enrique.

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  4. Muchas gracias Juan, agradezco tu comentario en lo que vale.
    Simplemente, soy un modesto apasionado de la historia y del arte, en especial de la arquitectura. Ya me gustaría a mi ser un Santiago Amón para saber más y poderlo contar en este foro sacro, tabernáculo sagrado y centro de reunión de fetichistas y pervertidos que, en un ejercicio extraño en estos tiempos, piensan y se atreven a pesar a la contra y no se dejan llevar por la marea del pensamiento único.
    El Palacio de Oriente, en esa extraña tradición madrileña que tiende al absurdo y que constituye su esencia, se encuentra, como dije en el comentario anterior, en el occidente de la villa. De hecho, cuando se construyó era efectivamente el límite oeste de la ciudad, encaramado en la cornisa del manzanares. Mis recuerdos infantiles me llevan a recordarlo con cariño, ya que mis padres me decían que iban al palacio de oriente a ver a los reyes magos y encargarles mis juguetes. recuerdos de un tiempo ya remoto...
    Otras cosas absurdas de esta villa apasionante y compleja: en la Puerta del Sol, kilómetro cero de las carreteras radiales españolas, hay una placa en el suelo con un mapa de España en el que se señala ese punto kilométrico cero de las carreteras. Pues bien, en esa placa el mapa de España está al revés, o sea, con el norte al sur y el sur al norte (no se si seguirá así, hace mucho que no paso por ahí). Más, el baile típico de madrid, el chotis, es una derivación de scotish, o sea, escocés, ya que fue traido a madrid por escoceses. Uno d elos barrios más castizos de Madrid, Chamberí, toma su nombre de una ciudad francesa....
    Así es esta villa y este es su carácter que la hace única, donde todos somos de fuera y donde nadie es forastero. Condición que la hace libre, por fortuna, de todo nacionalismo o localismo y que la hace, en suma, capital d elas Españas.
    Enrique

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