La mitad de los ciudadanos no fueron a votar en Cataluña y unos 60.000 votaron en blanco (el nuevo partido, con 90.000, logró tres escaños). No importa. Nadie oye a los ciudadanos y ahora tenemos más de los mismo, pero con muchísimo menos votos y con más insolidaridad regional. Después de elecciones, negociaciones, estatutos y más negociaciones, hemos llegado al mismo refrito en el que estábamos hace unos años aunque ahora el Partido Socialista ha perdido muchos votos que han ido a un nuevo partido no nacionalista que ha recogido las reivindicaciones de la
izquierda que no quiere chalaneos, ni refritos, con la burguesía nacionalista y sus derechos medievales. Obra de Zapatero del Tinell, un lince político, ya digo, aunque Mariano Rajoy, el líder de la derecha, también ande cegato pues cree que el nuevo partido es como Unidad Alavesa o el Gil, fruto de una época política que no tiene mayor trascendencia. Pues que Dios te conserve la vista, hijo, porque Ciudadanos de Cataluña parece que es un partido de izquierda clásica que no quiere trapicheos con la burguesía nacionalista y que se vuelca más en la solidaridad entre regiones que es lo que siempre ha primado en la izquierda. Un partido probablemente más preocupado porque España se sitúe a la cabeza de Europa en tasa de pobreza, que en favorecer las mariconadas de los nacionalistas burgueses, como hace Zapatero y su partido presuntamente socialista (de los comunistas ni te cuento). Así que Ciudadanos nos parece un partido de gente comprometida que no milita y recoge todas las mañanas “el parte”, la consiga o el argumentario para saber qué hemos de pensar en plural; gente libre que esta hasta la cepa (del coño) de la cuota de pensamiento obligatorio, de la papilla ya pensada y digerida para tener un pensamiento plural de izquierdas hervidito al horno con el fin de que no indigeste; gente que vomita este pensamiento plural ya cocinado, planchado, doblado y con apresto ideológico; gente que no pasa revista todas las mañanas al uniforme rutilante del pensamiento talado y bruñido por el directorio políticamente-correcto del rebaño. Gente libre, en fin, sin más vainas. Bienvenidos. Y recemos para que dentro de poco no tengamos que decir de ellos lo mismito que de los otros.
El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente.
ResponderEliminarEso está más que comprobado, Antonio. ¿No has visto tantos ejemplos? Políticos que antes de ser elegidos para cualquier cargo público eran personas mas o menos normales al acceder a cualquier grado de poder se han echado al monte creyendo que todo era orégano. Lo estamos viendo a diario.
Pues si, tenemos otra vez el tripartito... consecuencia de la doblez de Zp, una vez más. Zp pactó con Mas el statut y arrinconó a Carod, defenestró a Maragall y ahora traiciona una vez más a Mas y vuelve con Carod...
ResponderEliminarEspectacular lo de este chico, creo que desde Gargantonio (mítico Rey de Tartessos)no se conocía un gobernante de este nivel. A sus grandes dosis de indignidad y sectarismo, este señor añade su principal condimento político: la improvisación.
Improvisa con la política exterior, con la seguridad ciudadana, con la política territorial, con la inmigración y lo más grave, con la política antiterrorista (¿he dicho anti?). perdón, con la política para el terrorismo.
En Madrid tenemos otro ejemplo de improvisación en la elección del candidato socialista a la alcaldia. Como nadie quería, nadie, al final a elegido a un desconocido para la gente Miguel Sebastián, su gurú económico, pero que nada sabde de la política municipal. Este Sebastián parece ser un tiburón de los negocios, bastante déspota e intratable y que como rico de toda la vida (su padre era agente de cambio y bolsa cuando en España debía de haber 20 de ellos), ignora y desprecia a los humildes trabajadores, chusma para él. Él, que lleva toda su vida pisando moquetas y parquets de despachos de grandes bancos y ahora en la presidencia, no creo que esté muy cómodo hablando con la gente humilde de Usera, Vallecas o Villaverde. Ya tiene mote: Miguel Sevaaostiar. El único que quería ser candidato a alcalde era Pedro Zerolo, pero su perfil gay radical le cerró las puertas. Al final ha elegido Zp, en su improvisación, a Sebastián, otro gay, pero que lleva su opción sexual más que con discrección (a lo que tiene todo su derecho), de manera sospechosamente oculta.
Juan, un ejemplo de cómo los políticos se transforman de personas normales a extraños personajes lo tenemos precisamente en el mismo Pedro Zerolo. Le recuerdo hace años como un brillante abogado que defendia los derechos del colectivo gay de Madrid, de una manera sensata, razonable, impecable. En unos años además en los que era mucho más difícil vivir esa opción. El colectivo gay (todos en suma) le debemos mucho de su lucha por esos derechos. Ah, pero he aquí que le tentó la política. Entró en el PSOE, se dejó largo el pelo y ahora es un político sumamente radical, con el odio a flor de piel, que no tolera a quien no piensa sobre él. Un intolerante y un sectario. Ahora, se dedica a hacer asociaciones con representantes de paises árabes. Paises en los que sería ejecutado por su opción sexual...
Coherencia.
Enrique
En democracia cualquier persona puede llegar al poder. Y cuando vemos a Zapatero y Bush nos convencemos de ellos. Es su grandeza y su desgracia.
ResponderEliminarEn mi comentario se ha deslizado esta frase: ....que no tolera a quien no piensa sobre él.
ResponderEliminarNo es sobre él, si no como él...
ha sido un lapsus, no se en qué estaria pensado al decir "sobre" él, Zerolo...
Enrique