15 de octubre de 2017

Más de lo mismo


Creo que Puigdemont ha declarado la independencia catalana como una bravuconada de chuloputas, aunque da igual lo que pregone pues a uno le preocupa más el parón en las negociaciones sobre las pensiones. Dice el jefe de los facinerosos que la suspensión es para negociar, pero Alfonso Guerra nos ha advertido que «con golpistas no se puede negociar». Porque los supremacistas no se sienten españoles. Y «en el corazón no se manda», según me dijo a mi una chica antes de dejarme por un tío guaperas, millonario y con descapotable.

Y es verdad, pero ellos utilizan a los niños como los cobardes bucéfalos que han mamado lo peor de España, se calzan los cojones por montera y se visten con el ademán camorrista que berrea como si fueran la premio Nobel de la Paz de Indonesia, Myanmar (budista), que está provocando una masacre con la minoría musulmana ´rohingya´ al prohibir la ayuda humanitaria y obligarlos a que se refugien en Bangladesh. Por el otro bando la torre Eiffel de Paris ha sido blindada con cristales antibalas para evitar a los musulmanes islamistas.

En Spain uno recuerda cuando vascos y catalanes recogían con postrada servidumbre la ‘copa del generalísimo’ de manos del dictador (9 copas cada equipo). Años después algunos se han manifestado con banderas blancas en plan

moda ´Adlib´ ibicenca mientras los aludidos siguen con la estelada porque no quieren dialogar dentro de la ley con la misma bandera. Ni con la blanca de la rendición preventiva.

Será porque no han podido contratar a Sheldon Cooper de la serie The Big Bang y su ´Diversión con banderas´. O porque algunos creen que ´son sólo trapos´. Y es cierto. Trapos como las bragas de su novia que se merecen un respeto porque si se las robas te crujen a palos. ¿Por qué no se colocan y manifiestan con las braguitas de alguna Monserrat?...Aunque se corra el riesgo de que algún fetichista quiera robarlas, pese a que no signifiquen nada.

Esta decisión del fulano catalán habrá alegrado a los equidistantes, a los ´dantes´ y ´tomantes´ que se ubican por encima del bien y del mal. En el momento de escribir esta columna (martes por la noche) no se conocía aún la reacción del Gobierno, excepto el anuncio de un consejo de Ministros extraordinario para el día siguiente. Más de lo mismo.
Aunque uno prefiere apoyar al Gobierno y, ya de paso, la reforma de las pensiones y la propuesta de este periódico para que Antonio Ballesteros sea nombrado cronista de Cieza. Es el más adecuado y se lo merece porque investiga y conoce la historia de este pueblo, como también conocemos la de los catalanes cuando la II República les dio puerta, les suspendió el estatuto de Autonomía y hubo tanques, muertos y heridos.

Aunque ahora parece cruel prohibirles las chuches porque es como quitarle a un tonto un megáfono. Y es que desde que algunas marranas usan en el chocho esponjas de mar para la regla, parece que no les van las españoladas.

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