11 de enero de 2010

Buen pie

Se acabó la Navidad, los Reyes y viene la formalidad del negro corriente en el calendario porque ya no saltamos de rojo en rojo hasta primeros de abril, a lo menos, aunque todavía tengamos sucesos vivos (del año muerto), pues el martes seguían secuestrados los tres turistas solidarios que se marcharon de excursión a Mauritania, en una caravana retransmitida vía satélite para que todo el mundo se entere de lo estupendos que somos.

Porque ‘semos’ muy modernos, hasta para dar limosna, y cuando decidimos sentar a un pobre a la mesa nos vamos a África de safari que viste mucho, oye, pues no tiene mérito ni relumbre sentar a uno de los 800.000 que acuden a los comedores sociales

(de tu propia esquina). Es mucho más ‘cool’ irse a cenar con ellos al África subsahariana en plan misionero de fortuna. Pa’ lucir a los pobres en el ojal, cuando cuentes tu ‘aventura solidaria’ Son las cosas de la modernidad, verdad usted, porque en la revista ‘Mujer hoy’ nos han dado los consejos imprescindibles para empezar el año ‘con buen pie’. Y para encarrilarlo nos proponen asistir en Estambul a la conmemoración de su capitalidad europea o ir a esquiar al valle de Chamonix. Y uno no sabe qué hacer y te quedas con la duda sobre cómo empezar el año ‘con buen pie’. Luego dicen que los pobres andan apurados, pero se quejan de vicio porque ellos no tienen estas incertidumbres existenciales que te atormentan en un sinvivir.

Aunque a nadie se le obliga a ir a esquiar a Chamonix, que conste, que cada uno es muy libre y ya nos recuerda el humorista El Roto en El País, que «a nadie se le obliga a ir a los toros, excepto a los toros». Una razonamiento impepinable, irreprochable, pero que nos lleva a otro razonamiento del mismo jaez, y corte y confección, porque a nadie se le obliga a ir al aborto, excepto al feto. ‘Donde las dan las toman’, que decíamos cuando pequeños.

Y «eppur, si muove», y sin embargo se mueve, que dijo el otro, verdad usted, porque los que no se mueven, ni por asomo, son los populares ciezanos que no saben remediar que en Cieza no tengamos cine porque el contadico que se ofrece lo proyectan las asociaciones privadas como El Club Atalaya y el Cine Club Delicatessen, que también lo darían si existiera el cine comercial pues, afortunadamente, ofrecen un cine más específico y casi para cinéfilos.

Pero no disfrutamos del cine ‘corriente’ porque el gobierno popular no sabe solventar la cuestión y probablemente lo fie todo al nuevo cine Capitol del que hablaremos otro día, pero falta más de un año para su debut, que es mucho, y aunque hayan acertado con el nuevo parque infantil o la rehabilitación del Muro (facilitado por Zapatero), no tenemos más remedio que afearles esta no-gestión, porque además no nos pagan para darles cariño y achuchones, que para eso ya tendrán a sus ‘caris’, que son quienes cobran. Así que empezaremos el año echando al gobierno popular a las lumbres de San Antón, aunque ya estén quemados. Que esto sí que es empezar con buen pie.
(Columna publicada en el semanario de papel El Mirador de Cieza)

5 comentarios:

  1. Me parece increíble que no tengais al menos un cine normal en Cieza... ¡¡¡Pero si hasta el pueblo más enano tiene su centro comercial y su multicine con mogollón de salas¡¡¡

    Que tengas un buen día, Antuan

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  2. Pues sí, Novicia. Y así estamos ya más de un año, aunque parezca increíble.
    Un beso.

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  3. NOVICIA: Se nota que eres del foro. Para vosotros cualquier ciudad de 500.000 habitantes ya es un pueblo enano ;-DDD Podría citarte montones de pueblos enanos que no tienen ni centros comerciales, ni multicine, ni 500.000 habitantes ;-P

    ANTONIO: Aunque no siempre esté de acuerdo contigo, me encanta la acidez de tus críticas :-)

    Besos de pantera.

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  4. Recuerdo yo el capitol, fui alguna vez cuando era niña, creo que allí vi, "Grease", no hace na...

    Besos.

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  5. Gracias Pantera. Lo normal es que no estemos de acuerdo en ciertas cosas: lo anormal es la unanimidad absoluta. Así que lo sano es que discrepemos.

    Merce: Ese cine ya no existe. Es un solar. Van a edificar otro de nueva planta, pero aquel cine con la lampara y su amplio patio de butacas, con palcos y entresuelo, ya no existe, ni existirá.
    Besos para las dos.

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