He ahí el dilema, chespir. Porque aunque los modistos se empeñen en presentarnos modelos tísicas, a los hombres nos seducen las chicas con curvas o rellenitas. A mí en particular me gustan las dos de los extremos, mientras que a otros (los modistos) les gustan las flacas del centro. Es que uno es un extremista.
Totalmente de acuerdo.¡¡las curvas al poder!!!
ResponderEliminarUn beso
Antuannnnnnnnnnnnnnnnnnnn
ResponderEliminarUn gustazo inmenso poder abrir el pico de nuevo en tu casa. Gracias por volver a abrir la puerta.
Me alegra mucho leer esos gustos tuyos. No sé por qué pensaba que a ti te iban las tísicas....
Un beso muy fuerte y gracias otra vez por abrir.
Es por la Navidad que te vuelve almendro?? :P:P
Otro beso
(es que te debo tantos de todo el año...)
p,s, Gracias tb por lo que ya sabes ;-)
Jackie: Es cierto: !las curvas al poder! A la mayor parte de los hombres nos gustan las chicas con carne y curvas, pero los modistos se empeñan en los contrario.
ResponderEliminarNovicia: A mí las chicas delgadas me dan grima. No lo puedo evitar. Las prefiero rellenitas antes que delgadas, aunque eso va en gustos. Gracias a ti por mantenerte fiel a este blog.
He abierto los comentarios de nuevo porque echaba de menos a los amigos. Pero sólo a los amigos. No tengo la más mínima intención de abrir debates. Al que quiera guerra, lo borro. Sin más.
Puede que los jovencitos las prefieran más delgadas, pero yo creo que en general, a los hombres os gustan con más carne donde poder cogeros ;-) Y cuanto más tiempo pasa, más se confirma mi sospecha, de lo cual, yo, rellenita, me alegro.
ResponderEliminarBesos felinos.
Tienes razón Pantera: a los hombres nos gustan con carne donde cogernos. Al menos por lo que yo tengo oído. Sin embargo, los modistos se empeñan en presentarnos tías tísicas. Allá ellos. Y ellas.
ResponderEliminarBesos.
Me uno a la afición dando gracias y aleluyas por volver a poder comentar en esta tu casa, Antonio.
ResponderEliminarA mi me gustan rellenitas.
Y delgadas.
Y mediopensionistas...
Es que todas tienen su aquel...
Abrazos, maestro.
Yo prefiero las rellenitas, Enrique. A las delgadas en vez de querer llevármelas a la cama, me dan ganas de darles una hucha del Domund para que se pongan a pedir.
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