Además de las medidas con costura (o rejilla), las faldas de tubo y los zapatos de fino y altísimo tacón (entre otros), un servidor también tiene otro fetiche: el moño. O el pelo recogido atrás, quizás por un trauma infantil pues en todas las pelis de mi pubertad las mujeres malas llevaban moño. Y ya sabemos que nos gustan las mujeres malas, porque las buenas están sólo para casarse con ellas.
Nota.- Foto tomada de la web de Dómina Jasmín, a través de la de Ana Serantes.
Antonio, yo contigo no doy ni una, ni medias, ni tacones, ni rejilla... y el pelo, suelto y revuelto...
ResponderEliminarUn beso y buenas noches...
Estas fotos no parecen de las tuyas.Por lo de blanco y negro del otro día... Para trabajar y comer el mío recogido... besitos varios.
ResponderEliminarMerce: Bueno, nadie es perfecto (de la película "Con faldas y a lo loco").
ResponderEliminarEria: El blanco y negro es a veces más sugerente que el color.
Coincido contigo, amigo antonio, en varios y diversos fetichismos, como bien sabes.
ResponderEliminarEl pelo recogido en moño está bien, pero quizá prefiera el pelo suelto en las malotas...
Cada tiempo tiene su querencia, Enrique, y cada querencia su momento. El pelo largo y suelto también tiene su aquel. Y el pelo cortito a lo garçon también.
ResponderEliminarY rima con coño.
ResponderEliminarPues sí, también. Es cierta la rima pero el moño que me gusta es el de arriba. Abajo recortadito.
ResponderEliminar"Con faldas y a lo loco", qué buena película y qué gran final...
ResponderEliminarDel genial Billy Wilder, es cierto, Merce, aunque el guión lo escribía a medias con I.A.L. Diamond. Geniales los dos.
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