9 de julio de 2006

Hombres de luces

El presidente del Gobierno no ha acudido a la misa del Papa en Valencia y a mí me parece una actitud muy correcta porque él no pintaba nada ahí. Absolutamente nada, ya que una cuestión son las formas, la educación y la cortesía, y otra los oficios de una confesión religiosa. La misa es para católicos practicantes. Lo que tampoco sé es por qué Zapatero tiene tanto interés en hacerse una foto con el Papa si, como él dice, la visita es sólo pastoral y no la hace como jefe de Estado. Si él considera la visita como “pastoral” queda muy cumplido si le envía un telegrama. Y sin fotos. Aunque quizás quisiera llevarse también una estampita, un escapulario y un recuerdo del Vaticano para ponerlo encima del televisor. O a lo mejor pretendía a recordarle al Papa que la verdad no nos hace libres, porque es la libertad la que nos hace verdaderos, según suele pontificar corrigiendo a Jesucristo. Será eso, porque el muchacho le dijo
hace poco a Stephen Hawkins que España no investiga por culpa de la Iglesia, aunque cuando se reunió poco después con los investigadores estos le dijeron que de Iglesia nada, que el atraso se debía, y debe, a la falta de planificación de la carrera investigadora, a la precariedad laboral de las becas “y a la falta de medios que son las causas principales del estado de la Ciencia”.

Los científicos le comentaron lo difícil que es plantearse la vida con becas hasta los 30 años para realizar investigación básica o los inconvenientes de ser doctor para ir a buscar un trabajo en una empresa. El muchacho desconocía la precariedad laboral de las becas y que éstas no regulan ni permisos de maternidad, ni vacaciones, ni cotizaciones. Es decir, que de Iglesia nada de nada, monada, porque la culpa es de su Gobierno. El muchachos se conoce que ha oído hablar de Voltaire y se ha equivocado de siglo. Cosas de los cursiprogres. Hace poco le echaban la culpa a la Iglesia de las muertes de Leganés y ahora también se la echan de la incompetencia de su propia gestión. Así cualquiera. Y es que la ignorancia es muy atrevida y quizás al lego de león le vendría bien que el catedrático Peces Barba le diera a leer la conferencia que dio Einstein en Priceton poco antes de comenzar la II Guerra Mundial y en la que dijo, literalmente, que ”los más elevados principios de nuestras aspiraciones y juicios nos los proporciona la tradición judeo-cristiana y sus más profundas convicciones se enraizaban en dicha tradición”. O cuando decía que “tener una creencia religiosa no es un síntoma de estupidez, así como tampoco el ser incrédulo es signo de inteligencia”. Sobre todo esto último, que se podría aplicar él mismo y toda la secta cursiprogre a la que Larra ya "retrató" cuando decía de ellos que, por supuesto, "no creen en Dios proque quieren pasar por hombres de luces”.

5 comentarios:

  1. El creer o no creer en Dios es cuestión de fe y nada más, se tiene más o menos y así se cree más o menos, y si no se tiene no se cree y se acabó.
    No es cuestión de inteligencia ni de estupidez, no es cuestión de buscar frases célebres de Einstein o Larra, no es cuestión de hombres de luces ni de ceguera mental, ni siquiera de cursiprogres o multifachas, apreciado Antonio, sólo es cuestión de fe.
    Por cierto, qué poco te pega la función evangelizadora que llevas a cabo es tu blog. ¡qué diría Mazinguer Z de tus fotos, de tus fetiches, de tu pajillerío...! Uf, a lo mejor hasta le gusta...

    ResponderEliminar
  2. Yo no evangelizo, ni lo pretendo, pero quiero mucho a los católicos y los defiendo porque me sale de la punta del capullo. No doy explicaciones a nadie de lo que hago, ni de lo que creo, ni de donde meto la polla. Hago y escribo de lo que me sale de la punta del capullo. Repito: de-la-pun-ta-del-ca-pu-llo. Vocalizo para que se me entienda, aunque me malicio que no se entenderá todavía y habrá que vocalizar más. Y en esas estamos: vocalizando en esta España de Zapatero y chichinabo en la que o eres de los míos o de los otros; en la que el pensamiento libre es obsceno; en la que no alistarte al rebaño es pecado. Vocalizo y repito: escribo, creo y meto la polla en donde me sale de la punta del capullo y sin tener que dar explicaciones a nadie de lo que hago. A nadie; ni al Papa, ni a Zapatero, ni a mi madre, ni al rey, ni a Rajoy, ni al coño de la Bernarda. Y menos a ti.

    ResponderEliminar
  3. Cabrón, borras las entradas que no te convienen, pues me vas a soñar porque pienso insertar miles que vas a tener que borrar.
    Así es este facha, un censurador de mierda, el que va de libre y tanto habla de libertad...

    ResponderEliminar
  4. Me llamas “puta mal follada”, “gilipollas”, “cretino”, que “te vayan dando por donde mas te guste”, “resentido facistoide” y “payaso literario”, y quieres que no lo borre. Pues vale. Ya que insistes aquí lo pongo íntegro:

    "¿¡Cuándo te he pedido yo explicaciones a ti!? ni lo he hecho ni se me ocurriría hacerlo, entre otras cosas porque me importan una mierda.
    Ya veo que en el fondo lo que te pasa es que eres un borde, que en cuanto te encuentras con alguien que es tan libre como tú (no te creas poseedor de esa exclusiva), con alguien que te devuelve la pelota con la misma carga de ironía, con alguien que es capaz de escribir lo mismo o mejor que tú pues te revuelves como una puta, encima mal follada.
    Yo también digo y escribo lo que me sale de la punta de mi ca-pu-llo, ¿lo entiendes?, pero no por eso soy un gilipollas como tú, un cretino que se cree muy culto porque ha leído a Freud cuatro o cinco hojas.
    ¿Te ha jodido lo de las frases célebres, eh?, venga ya hombre de Dios, que te vayan dando por donde más te guste. A partir de este momento has dejado de interesarme lo más mínimo, en el fondo no eres más que un resentido fascistoide vestido de payaso libertario.
    Hasta nunca, Antoñuelo".

    ResponderEliminar
  5. Fascistoide, no facitoide. Y payaso libertario, no literario. No escribes tan bien y lees peor, eso le suele pasar a los que se creen por encima del bien y del mal.

    ResponderEliminar