Fajas, medias con costura y talón, tacones, lencería; toda una apoteosis fetichista para gustos refinados. Para gustos exquisitos que muy pocos, y pocas, logran comprender. Porque para ellos es una perversión que te guste más una mujer vestida que una desnuda; que te guste más vestir a la mujer que desnudarla. En fin…Semos raros.
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