Antiamericanismo

Los españoles son el país de Europa que más desprecia a los americanos, según un estudio realizado por una fundación del BBV. Sin embargo, los americanos ven a los españoles con simpatía y después de Inglaterra, son el país que más aprecian. Deben de ser masoquistas; ellos nos quieren mientras nosotros los odiamos y aborrecemos. Cuanto daño ha hecho la guerra de Cuba, la autarquía y la tropa cursiprogre que, no obstante, envía a sus hijos a estudiar a Norteamérica, copia los periódicos americanos y vende hasta la rabadilla por un Oscar de Hollywood. Paradojas de la vida. Porque el otro día el líder más poderoso del mundo, George Bush, le preguntaba en la ONU a Condoleezza Rice si podía ir a los aseos. “Creo que necesito ir al baño. ¿Es posible ahora?”, preguntó el hombre apurado. Y todos los listos del mundo se han mofado de su actitud presentándolo como un infantil colegial que pide permiso a la maestra, cuando lo que ha demostrado es que no es tan tonto como parece y que ante una situación así se comporta con educación y prudencia. Porque un español no
sólo que no pregunta nada, sino que se levanta, cruza por en medio, se pone a dar palmadas en el hombro a todo el que se encuentra en su camino, se para a charlar con otros, da voces, tira los papeles al suelo como en los bares, se ríe a carcajadas y vuelve de los aseos subiéndose la cremallera de la bragueta. Bush no es santo de mi devoción, pero allí se comportó como un tipo educado, lo que pasa es que los paletos no lo saben.