3 de julio de 2005

Nosotras, las decentes

El presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, cree que España es ahora un país más decente después de haber aprobado el casamiento homosexual. Quiere esto decir que los que creemos que ese enlace es una unión civil con todos los derechos y no un matrimonio, somos unos indecentes. A mí no me llamaban indecente desde que confesaba que me hacia pajas y los curas me amenazaban con que me iban a salir granos por ser indecente. Luego me llamaron indecente por meterle mano a las novias en el portal de su casa y también me llamaron indecente cuando me bañaba desnudo en las playas. Yo no sé si el líder del Partido Socialista Zerolo Español es decente o indecente, no me atrevo a calificarlo así, pero su mención a la decencia e indecencia nos lleva a barruntar que es una especie de seminarista arrepentido que se junta con un católico renegado como Bono, para ofrecernos un socialismo de mitin panfletario con hisopo y Zerolo que califica de decentes e indecentes al personal que no comulga con su misa progre de baratija y quincalla. "Nosotras, las decentes" nos reprochan Abbott y Costello, Bono y Zapatero, mirándonos
por encima del hombro. Aunque puestos a hablar de decencia resulta que los indecente no nos hemos dedicado como él a beneficiar a los ricos aprobando subrepticiamente (el mismo día que el matrimonio homosexual) una ley que concilia la vida familiar de los amiguetes multimillonarios facilitándoles que puedan hacerse aún más ricos al tributar al 1% en los fondos Sicav en vez de hacerlo al 35% del impuesto de sociedades. O al 20% al que tributan todos los trabajadores con nómina. Lecciones de decencia por su parte, pocas. Porque el líder del presunto partido socialista, digo del Partido Socialista de los Millonarios (tautología), ha aprobado además una amnistía fiscal encubierta para las grandes fortunas con la excusa de que así no huyen del país. Genial. Como el marido cornudo que no se separa, y consiente, porque así al menos folla con su mujer un 1% y si se divorcia no se jama una rosca. Supongo que Rodríguez Zapatero participará a partir de ahora en el Día del Orgullo de los Multimillonarios para celebrar tan señalada efemérides legal. Pero debe de ser cosa de la decencia, es cierto, porque esta ley sólo ha contado con la oposición en el Parlamento de Izquierda Unida, bravo por ellos, que son probablemente la única izquierda decente que queda, antes de que el presunto partido socialista la succione. Nadie más, porque José Luís Zapatero de Polanco, digo, Jesús Rodríguez de Polanco, digo, José Luís Polanco de Zapatero, digo, Jesús Zapatero de Polanco, decía, quiere agraciar a sus amiguetes multimillonarios, polancos, botines y almodóvares, para que paguen menos impuestos porque de lo que se trata es de ser solidarios y ayudar al prójimo. A cambio los multimillonarios se comprometen a darle al figurín palmaditas en la espalda, a abrirle planta en "qué grande es ser Zapatero en El Corte Inglés" y pasearlo soplado por el mundo con eso de la "alianza de civilizaciones" que queda muy mono y a ellos no les tira, ni les hace arrugas en el bolsillo. Y lo animan a posar en la portada de la revista Zero por aquello de ser izquierdista, moderno y "progresista Sicav al 1%"

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