31 de marzo de 2005

Meterle mano a tu mujer (y II)

La chica aquella que me escribió recriminándome que quisiera meterle mano a mi mujer mientras cocinaba la cena (“por qué no cocinas tú”, me afeaba), me he vuelto a escribir para reprocharme que ahora quiera meterle mano a mi mujer mientras ella plancha (“por qué no planchas tú”, insiste). No lo sé, lo que sí parece es que como sigamos así este blog se va a convertir en un monográfico sobre cómo meterle mano a tu mujer, sin herir la sensibilidad políticamente-correcta. En vez de “Diario de un idiota con ínfulas”, podríamos llamarlo “Diario de un idiota al que no dejan meterle mano a su mujer”. Joder, cómo sois algunas chicas. Luego dicen que no sois raritas. Pero vale, está bien,
rectificamos eso de meterle mano a tu mujer mientras plancha (fe de errores) y lo dejamos en “meterle mano a tu mujer mientras escribe el trabajo en el ordenador y está a punto de enviarlo”, que tiene su aquel porque al día siguiente lees lo que había escrito mientras tú le hacías precisamente “eso” (y es más del corte correcto feminista, porque en esta fantasía se supone que ella trabaja). Y todos contentos, pero uno lo siente porque la siguiente fantasía era “meterle mano a tu mujer delante de su madre mientras transcurre la comida dominical”, que tiene mucho morbo. O mirar como su mejor amiga le mete mano a ella delante de tus narices, tal que en la foto.
Pos Después.- El asunto o “hilo” de meterle mano a tu mujer” queda cerrado hasta nueva orden.

3 comentarios:

  1. hola:
    Otra vez Carussita opinando, es que me lo pones a webo con tanto hablar de sexo.
    Al tema: quiero opinar como FÉMINA que soy, que a mi me aprece estupendo que te de morbo que le metas mano a tu mujer, da igual que sea mientras planche, mientras cocine, mientras come, mientras ve el culebrón o mientras carga en el camión los cortapuros artesanales que ella misma fabrica y que entrega en las diversas tiendas del pueblo y alrededores.
    Lo que quiero decir, es que los maridos deberían seguir metiéndole mano a sus mujeres y no aburrirse de ellas. Y viceversa: las mujeres deberían recibir esas morbidas caricias placenteramente (y también devolverlas, que estamos en el siglo XXI y las mujeres podemos llevar la iniciativa y disfrutar del sexo, sin que el público se sonroje)
    Lo que pasa es que hay mucha feminista mal-follada y mucho retrógrado que folla mal. Si es que en este país se folla poco, poco y mal. Mucho mejor nos iría si follasemos más y si nos mimasemos más.
    P.D. Que conste que se puede ser feminista y estar satisfecha sexualmente, pero las mal-folladas nos dan mala fama a las demás.

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  2. Señoras y señores rogamos disculpen las opiniones de Carussa una mujer que está entregada al alcohol desde que descubrió que la música del telediario no se baila.Seguiremos informando.

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  3. Si aprendieras a argumentar y te dejaras de atacar que feliz seria pequeño Antihéroe

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