Esta vez, querido Antonio, no hacen falta tus palabras.Con la foto y la imaginación basta.
Sacto, Enrique.
Una imagen en la que uno no sabe con qué quedarse: los zapatos, ese poco de muslo y de pecho al descubierto, el hombre arrodillado... Y la posible continuación.
Esta vez, querido Antonio, no hacen falta tus palabras.
ResponderEliminarCon la foto y la imaginación basta.
Sacto, Enrique.
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