La activista sarahaui Haidar se encuentra en huelga de hambre en un aeropuerto español para reclamar su vuelta al sahara, sin que la diplomacia pueda resolver nada, excepto el recurso a concederle la nacionalidad española que es como darle pan al hambriento, sin solucionar el problema del hambre.
Ahora nuestra diplomacia ha recurrido a la ONU para que les resuelva la cuestión cuando lo que habría que hacer es presionar a Marruecos para que la deje volver. Pero para eso hay que tener fuerza moral, agallas políticas y deseos de luchar por la justicia, aunque nos cueste un disgusto con los tiranos de Marruecos. Quizás deberíamos llamar a las puerta de la Alianza de Civilizaciones por ver, mayormente, si sirve de algo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario